CANTO GENERAL EN CONTRA DE TODAS LAS GUERRAS
La guerra es siempre la guerra
semejante la una a la otra,
sufrimiento de la tierra,
sufrimiento de personas.
La crueldad y sacrificios
que se sabe cómo empiezan
pero no cómo ni cuándo
cesará sangre en sus venas.
Se inicia por un motivo
que se rememora apenas
cuando las duras batallas
asaltan otras trincheras.
Hay heroísmos también
que mejor causa tuvieran,
no la sangre derramada
por la espada de la fuerza.
Pero sobre todo hay muerte,
sangre roja surte en penas
y las moscas de la muerte
comiéndose calaveras.
Destripados los caballos
con los vientres viento afuera
y todos miembros humanos
piernas, brazos o cabezas
rodando por los senderos,
rodando por las laderas,
rodando por las esquinas
por donde lloran las penas.
El tobogán de la muerte
de espumarajos se llena
mientras salen por la boca
gemidos llenos de arena.
Y más al fondo se hunde,
más en el odio se adentra,
quien por el tobogán baja
y se sumerge en la guerra.
¡Cómo empezó aqueste espanto,
que con desfiles comienza
siempre; y despedidas grandes
a tropas que van de fiesta
saludando a los vecinos,
que no saben horror yerra
buscando en todos posarse
sin excluir a cualquiera!
¡Oh, sí que pronto helará
sonrisa mudada en mueca,
júbilo que en pasmo y asco
muy aprisa ya se trueca!
Los sesos que botas pisan
son sesos aunque no piensan;
eres tú, superviviente
soldado, quien pasas, piensas…
No, no me pidáis que cante
a las escenas de guerra,
no quiero ser de la muerte
ni su cantor ni el poeta.
Violaciones masivas
que poco se habla de ellas,
brutalidades crecientes
que nada en nadie respeta.
Robos, saqueos, incendios,
y venganzas artilleras,
asalto a cráneo ajeno,
filos contra las puertas
y todo lo que se abra
solo el dolor que lo cierra,
cuando no es finalmente
que muere la muerte muerta.
Los cuervos y las carroñas
que quedan por las cunetas
y los tambores a gloria
sonando por toda tierra.
La gloria de los vencidos
es ser abono en la tierra,
de todo desposeído
por manos como culebras.
Y sufrir las represalias
de todas las manos negras
que abofeteen su rostro
que su historia la escribieran.
¡A la gloria de la muerte
del miedo y de las tormentas
de los espasmos de sangre,
del hambre comiendo venas!
¡No, no me pidáis que yo
ensalce y alabe guerras,
que de la muerte masiva
no quiero ser su poeta!
La guerra es siempre la guerra
semejante la una a la otra,
sufrimiento de la tierra,
sufrimiento de personas,
sufrimiento del más débil
en unas eternas horas,
que si luego se eternizan
que si luego se prolongan
incluso en la paz pondrá
los días en nuestra contra
rehurgando en ella siempre
quien quiera provocar otra.
Y nadie admite jamás
-Guerreo para robar
riquezas o tierras de otro
si venzo, no encausarán.
Seré por siempre tenido
como héroe nacional.
Sólo único que no puedo
es perder o fracasar.
¡Por mí mueran enemigos,
de mi bando aun caerán!
¡Pero mi gloria que ascienda
a la gloria de inmortal!
¡Guerra, guerra, guerra, guerra
no deis lugar a la paz,
hasta que la gloria patria
yo la logre superar!
¡No, no me pidáis que yo
ensalce y alabe guerras,
que de la muerte masiva
no quiero ser su poeta!
Y eso que no siempre acuso
quien espada la blandiera,
siendo para defenderse,
siendo guerra de defensa.
La espada no los resuelve
todos ni muchos problemas,
pero hay problemas que sólo,
sólo la espada resuelva.
¡Y por defenderse, luego
que en Cortes, cartas conversa,
mucho ha tardado y de más,
esta tierra de Castiella,
de soportar los agravios
de soportar las afrentas,
de camarilla ambiciosa
que le trata como presa!
No es tu lucha de conquista,
que es tu lucha de defensa,
por libertad y derechos
de un Imperio que te hierra.
¡Levántate, tierra mía,
levántate tierra bella,
cada vez que veas, notes
quieren matar a Castiella!
Te asiste y te complementa
el derecho de defensa,
y además tienes las Cortes,
que en una Junta converjan.