La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Alternativa Española, ¿una alternativa católica?

Tal y como imaginaba, tras escribir aquí un artículo titulado ‘Partidos políticos y aborto’, no han tardado en salir las voces en defensa de Alternativa Española (AES). Alguno tampoco ha dudado en tacharme prácticamente de proabortista. Ni siquiera me esforzaré en tratar de contestar a quien me enjuicia así sólo por tratar de escarbar en los recovecos de un asunto de tanta gravedad en su relación con la política y un supuesto sentido moral del sufragio. Por ahora, me conformo con que haga el favor de hacer este sencillo ejercicio visual.

A los defensores de AES sólo les pido que miren los carteles que ilustraban el artículo, pertenecientes a Democracia Nacional (DN). Su brutalidad goebelssiana asusta. Si consideran que es más lo que les une que lo que les separa de esta formación para plantearse si quiera ir juntos a unas elecciones generales… para nada me fío de los valores que dicen promover. En uno de los carteles, un negro, un musulmán y un drogadicto «amenazan» a los buenos niños y ancianos españoles que juegan por las limpias calles… ¡Heil Hitler! Eso tiene un nombre: xenofobia. Otro: fascismo. Y la suma de ambos: odio. ¿Dónde están ahí los valores cristianos? AES no tuvo empacho en ver en DN un socio aceptable para aliarse de cara a unas elecciones. Sólo ha pasado un año y medio. ¿Ya se le han pasado a AES sus intenciones de ver en DN un posible compañero de viaje?

Que nadie nos engañe, por favor. Son dos partidos absolutamente minoritarios. En dichas elecciones generales de 2008 obtuvieron, respectivamente, 12.588 votos (DN) y 7.078 (AES). Entre ambos, el 0,08% del total del sufragio. Lo que alguno trata de encubrir como “estrategias electorales” no cuela. Lo de Cataluña, con los socialistas catalanes gobernando con ERC e ICV, sí es un pacto de gobierno. O lo del PP con el PSOE en el País Vasco. Una serie de partidos sin la mayoría suficiente para gobernar suman sus escaños para hacerlo. Lo dicho, pacto de gobierno. Gusten o no tales alianzas, se entienden con un objetivo: el poder. Sin embargo, si AES y DN dialogan para hacer frente común antes de unas elecciones es, sencillamente, porque están probando lo que sería una fusión, total o no. En los primeros años de vida es cuando realmente se configuran los partidos, no siendo nada extraño las uniones de grupúsculos para sumar más. ¿Era eso lo que buscaban ambos en 2008?

Por ello, que AES simplemente piense en entenderse con un partido ultra, racista y alejado totalmente de lo que es hoy la sociedad española me dice muy poco de una formación, es cierto, aún joven y con tiempo para conformarse su espacio propio. Sin demagogos al lado. Pero que a día de hoy nadie trate de camelarnos a los católicos con la idea de que AES es el único partido al que se pueda votar sin traicionar a la fe. Pese al ruido que meten en muchos foros y portales digitales, nadie les hace caso. Nadie.

Por ahora, lo empírico lo demuestra, Alternativa Española no es ni siquiera una alternativa católica.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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