La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

¿Es Rouco un hereje?

En un artículo anterior, ‘¿Democracia frente a la Verdad?’, mantengo con el comentarista Quinto Sertorio una disputa argumentativa con la que, lo reconozco, estoy disfrutando. Sin embargo, puesto que me gustaría que ésta no quedara en el lógico estancamiento de las opiniones, por reiteración y repetición, le propongo al compañero que responda a una pregunta: ¿es el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, un hereje?

Para evitar confusiones, voy más allá. Usted me acusa de “divinizar” la democracia hasta el punto de “anteponer” las leyes derivadas de ésta a la Ley Natural, previa siempre, por su origen prehumano (que los creyentes en la transcendencia entroncamos en Dios, y los filósofos observan en el ordenamiento natural), a cualquier ordenamiento jurídico. Yo insisto en que hablamos de dos órdenes paralelos, y no necesariamente chocantes, pero aun así, usted me achaca, aparentemente, un sentir relativista. No es así, y le pongo el ejemplo, ligado al cardenal.

Hace unas semanas, Rouco Varela afirmó que “los gobernantes deben aplicar la Ley del Aborto”. Para escándalo de muchos (imagino que, entre ellos, Quinto Sertorio), no dijo sino una verdad. Las reglas están para cumplirlas. Los políticos gobernantes están en la obligación de acatar y cumplir las leyes. Y la Ley del Aborto ha sido aprobada por las Cortes, ratificada por el Rey y aparecida en el BOE. Lo contrario, simple y llanamente, es situarse fuera del sistema y, por tanto, en la absoluta ilegitimidad para ejercer funciones públicas.

Ahora bien, tal y como añadió el cardenal, pese a que los gobernantes “no están por encima de la ley”, tienen una opción. Si son cristianos, por ejemplo, entendiendo que para ellos hay una Verdad y una Ley Natural que no les permite acatar una norma que va en contra del derecho a la vida, pueden “renunciar a su cargo”. Ésta, y no otra, es la propuesta del presidente de la Conferencia Episcopal. El siguiente paso, libre de “ataduras” (aquí entrecomillo yo), sería promover por todos los medios (incluidos, por supuesto, los políticos) el mayor conocimiento de los valores más positivos y benéficos para el conjunto de esa sociedad: los cristianos. Según lo entendemos millones de personas, claro.

Con este ejemplo, espero que Quinto Sertorio, y todo aquél que desee intervenir en el debate, entienda lo que quiero decir: para mí sí hay una Verdad y una Ley Natural que está por encima de cualquier ley humana. Pero no puedo imponerla a los demás, al conjunto de la sociedad, que, constituida en democracia (insisto, el más perfecto de todos los sistemas por ser el más representativo de la mayoría ciudadana), puede compartir o no la aceptación de la Verdad que para mí es una realidad.

En otras palabras, hablamos de tolerancia, respeto y convivencia. El cardenal Rouco ha expuesto con una lógica aplastante el camino a seguir ante una ley que, muchos como yo, consideramos terriblemente injusta. ¿O no? ¿O es que Rouco es en realidad un hereje?

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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