La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Unamuno no lloraría ante el incendio de Notre Dame

El Miguel de Unamuno que fue hombre habría derramado lágrimas ante la imagen de una catedral de Notre Dame consumida por las llamas. Cuántas veces la contemplaría absorto en sus años de exilio en París, cuando aullaba desde allí contra la dictadura de Miguel Primo de Rivera… Seguramente, ahora mismo estaría reivindicando a Víctor

Manifiesto Unamuniano

¿Te duele pensar en esa Nochevieja de 1936 y contemplar a Miguel de Unamuno, encerrado en su propia casa de Salamanca, morirse más desesperado que nunca en medio de una España cuyos hijos, “los hunos y los hotros”, se asesinaban entre ellos cegados de odio? ¿Intuyes que la palabra “fracaso” fue susurrada por sus labios en el último

Millán Astray, Franco, Carmen Polo, Johnny Cash… La respuesta a Emilia Landaluce en ‘Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno’

PREGUNTA: “Señor Unamuno, ¿qué habló usted con Carmen Polo después de lo que pasó en la Universidad de Salamanca?”. Emilia Landaluce, escritora y periodista, redactora en el diario ‘El Mundo’ RESPUESTA: La historia oficial de ese 12 de octubre de 1936, bautizado entonces traicioneramente como el Día de la Raza, cuenta que,

El libro de mi vida: ‘Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno’

Algunos amigos me han preguntado la razón por la que ya apenas escribo en el blog. La causa es que, desde hace año y medio, llevo inmerso (en los pocos ratos libres que tengo, principalmente pasada la medianoche) en la escritura del que, estoy convencido, va a ser el libro de mi vida: Como decíamos ayer Conversaciones con Unamuno. Ahora

Y Unamuno se encarnó en José Luis Gómez

Desde hace algo más de un año trabajo en el que es el gran sueño literario de mi vida: hacer presente a Unamuno. Al mismísimo Miguel de Unamuno. Vivo, vivo hoy, dialogando con personas significativas y representativas de nuestra sociedad. A mis 35 años, siendo la escritura mi más honda vocación, sé que en esta quijotada empleo el

Unamuno y Don Quijote, el alma del Partido Decente

Unamuno fue la integridad insobornable, un motor que jamás dejó de caminar en la búsqueda de emanciparse de todo lo que era artificial en él. Convulso, siempre en guerra contra sí mismo, pagó exilio por oponerse a una dictadura militar mientras que apoyó la siguiente como único freno de mano frente a la bilis totalitaria materialista

“La lección de honestidad y sacrificio de Unamuno debería enseñarse en las aulas” (entrevista a Víctor Clavijo, Don Víctor en ‘La isla del viento’)

En La isla del viento, Víctor Clavijo (Algeciras, 1973) interpreta a Don Víctor, un cura al que Miguel de Unamuno, desterrado en Fuerteventura por oponerse a la dictadura de Miguel Primo de Rivera, acaba poniendo ante el abismo que busca esconder: su ausencia de fe. Nace así una catarsis que, finalmente, le aboca a entregarse a los más

Cuando Unamuno se encarnó en Fuerteventura

Escribo estas líneas, casualmente, horas después de anunciarse la muerte de Fidel Castro, cuya revolución utópica frente a un régimen corrupto y títere del Imperio acabó sin embargo sumiendo a Cuba en una burbuja congelada en el tiempo, sin libertad, justicia, ni igualdad (una élite corrupta está muy por encima de un pueblo llano

La Pasión de San Unamuno resucitado

El combate de Miguel de Unamuno ha tocado a su fin. En esta Nochevieja de 1936, quien ha dedicado su vida entera a luchar en mil causas, sabe que la última ha sido la esencial de todas: soñar con tener una fe en la eternidad como único modo de poder seguir caminando en este mundo. Quiere creer, pero no puede. Se ilusiona con creerse realmente

La conversión de Millán Astray en el entierro de Unamuno

Día I del Año II de la incivil Guerra Civil. En un ejercicio de virilidad exacerbada, la tropa de falangistas que ha acompañado marcialmente el féretro de Miguel de Unamuno hasta el camposanto de Salamanca lo entrega brazo en alto en las puertas a algunos de los compañeros docentes de la Universidad a la que el pensador bilbaíno ha

La Nada, el horror que hizo a San Unamuno

Este y no otro fue el horror que, a modo de motor, movió la entera vida de San Unamuno: la sospecha de que, tras la muerte, está la Nada. Esto, que casi todos lo podemos pensar, él lo profundizó de verdad, lo acurrucó en sus entrañas; con ello aguijoneó su alma hasta destrozarla. La Nada. Morir y dejar de ser. Para siempre, por toda

La última Misa de San Unamuno

Sacerdote laico durante más de siete décadas, ejercido desde el apostolado de la duda que interpela, San Miguel de Unamuno, sin saberlo, celebra su última Misa una tarde otoñal del 36. Derrotado, recluido en su casuca de Salamanca, se limpia la simbólica sangre reseca que le ha dejado su postrera gran batalla. Millán Astray, el bárbaro,

El Evangelio según San Unamuno

No estoy de acuerdo con la visión de Unamuno como un autor agnóstico, angustiado porque quería creer pero no podía. No, Unamuno fue mucho más. Y, sin duda, fue un autor cristiano... aunque a su modo. Como no podía ser menos en una personalidad tan fuertemente libre. Unamuno, un poliedro con muchas caras, atravesó distintas fases. Tras

Unamuno debía haber sido Sabino Arana

El primer Miguel de Unamuno era un joven arraigado en los valores que le inculcó su entorno más cercano: un catolicismo ultramontano y un sentimiento nacionalista vasco de corte atávico. Es decir, que perfectamente podía haber sido Sabino Arana, el racista fundador del PNV, del que fue contemporáneo. Pero no, Unamuno optó por cuestionarse

San Unamuno, por los toros hacia Dios

San Unamuno, el alma hecha contradicción, nunca fue demasiado aficionado a los toros. Decía que distraían demasiado a la gente y no la dejaban pensar en otras cosas más importantes. Los veía algo así como el pan y circo de la plebe. Pero, en realidad, yo creo que no fue taurino porque no le dio tiempo. Y eso que murió a los 72 años.

San Unamuno y la lucha con Dios

Lo dejó escrito San Unamuno en ‘Mi religión y otros ensayos’, de 1910: “Mi religión es buscar la verdad en la vida y en la vida la verdad, aun a sabiendas de que no he de encontrarla mientras viva; mi religión es luchar incesantemente e incansablemente con el misterio; mi religión es luchar con Dios desde el romper del alba hasta

San Unamuno y el cristianismo socialista

Sigo con mis comentarios sobre San Unamuno. En este caso con una selección de textos de 1894, cuando el pensador bilbaíno dio el paso de afiliarse al entonces naciente Partido Socialista Obrero Español. Es increíble comprobar cómo, hace más de un siglo, ya abordó cuestiones que hoy en día están de plena actualidad. Con la diferencia

Rezando a San Unamuno. Capítulo I

No exagero si digo que una de las figuras históricas que más impacto han causado en mi vida ha sido y es Miguel de Unamuno. Pocos como él han representado la cuestión que más congoja y admiración me causa, y que no es otra que la idea del combate interior. Para él, ésta fue lucha sin cuartel y que marcó su existencia entera, rompiendo

Oscar Wilde suspira la última respuesta de Unamuno

Nochevieja de 1936. El frío de la última hora del último día trata de acoger en un manto de calidez la sangre de los miles de muertos del primer año de la incivil guerra civil. En la noche más oscura, quien derrochara fuerza, pasión y genio, yace derrotado. Tras su última batalla, en la que se enfrentaran verdad y mentira, razón

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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