(PD).-Irak revivió ayer sus peores fantasmas de la era post-Sadam con un doble ataque suicida perpetrado en la capital bagdadí y otro en Bakuba -a 60 kilómetros al noreste-, donde una niña de 13 años decidió poner fin a su vida y a la de otros siete milicianos tribales apoyados por Estados Unidos cuando hizo estallar la carga de su cinturón de explosivos.
Según publica ABC, en la provincia de Diyala, cuya capital es Bakuba, son cada vez más frecuentes los atentados suicidas perpetrados por mujeres. Por esta razón, el Ejército estadounidense ha reclutado en la provincia a mujeres iraquíes para que busquen explosivos escondidos bajo la vestimenta de presuntas terroristas femeninas. En Bagdad, los ataques fueron realizados por dos hombres. El primero hizo estallar un coche bomba en un mercado del barrio de Adhamiya, de mayoría sunita. Cuando varios transeúntes acudían al lugar del atentado para auxiliar a los heridos, otro suicida se voló por los aires en medio de la multitud al detonar su chaleco cargado de explosivos.
