El Gobierno de Pakistán detiene al líder opositor Nawaz Sharif

El Gobierno de Pakistán detiene al líder opositor Nawaz Sharif

(PD).- Nawaz Sharif, ex primer ministro pakistaní y líder de la oposición, permanece arrestado en su domicilio de la ciudad de Lahore, según ha informado hoy Naseer Ahmed Bhutta, portavoz de su partido. El arresto ha ocurrido algunas horas antes de que Sharif concurriese a una multitudinaria manifestación callejera en Islamabad.

«Las órdenes de arresto también afectan a otras figuras del partido, como Shahbaz Sharif (hermano de Nawaz)», ha comentado el portavoz. Por su parte, Sharif, en sus primeras declaraciones concedidas a los medios tras su arresto domicilario, ha denunciado que Pakistán «ha sido convertido en un estado policial. Han bloqueado todas las carreteras, han empleado todo tipo de tácticas ilegales».

La tensión cerca de la residencia del ex primer ministro es máxima. El titular de Interior pakistaní, Rehman Malik, sin embargo, ha negado que los hermanos Sharif hayan sido detenidos o que su libertad de movimiento esté restringida pero un enorme operativo policial custodia la casa del ex primer ministro.

El líder de la Liga Musulmana-N (PML-N) ha calificado de ilegales las órdenes de arresto domiciliario y ha llamado a los paquistaníes a sumarse a la manifestación contra el Gobierno. «No aceptamos estos arrestos, hoy ha llegado el día de salir de esta casa, de llevar a Pakistán hacia su destino», ha proclamado Sharif desde la puerta de su residencia en Lahore, según declaraciones retransmitidas por los canales paquistaníes.

El riesgo del descontrol

El supuesto arresto domiciliario del líder de la Liga Musulmana-N (PML-N), del que ya habían advertido las autoridades, llega tras la oferta de diálogo que le hizo ayer el presidente, Asif Alí Zardari. Además de proponerle negociar fórmulas para restaurar a la alta judicatura del país, como demanda Sharif, el Gobierno anunció que apelará en el Tribunal Supremo el fallo que inhabilitó a Nawaz y su hermano, Shahbaz, para ocupar cargos públicos.

Pese a la oferta de conciliación, las autoridades han seguido adelante con sus medidas para evitar la sentada de abogados y activistas opositores convocada a partir de mañana en Islamabad.

También han recibido ordenes de arresto además de Nawaz y Shahbaz Sharif, los líderes de los otros dos partidos convocantes de la protesta y destacados abogados , según distintas fuentes de los partidos y de la Policía citadas por los canales paquistaníes.

Estas detenciones se suman al millar de arrestos de abogados y activistas de la oposición, en virtud de una normativa impuesta temporalmente que prohíbe las manifestaciones, realizadas desde el viernes por las autoridades.

Ese día, la Policía pakistaní enfrentó y reprimió a los abogados, activistas y disidentes mientras se dirigían a Islamabad para participar de la protesta. La llamada ‘larga marcha’ pretende llegar hasta la sede del Tribunal Supremo para exigir el restablecimiento en sus cargos de los jueces destituidos en 2007 por el general Pervez Musharraf. En especial, exigen el regreso de Iftikhar Chaudhry, presidente de ese tribunal.

El presidente paquistaní Asif Ali Zardari, viudo de Benazir Bhutto (mandataria asesinada el año pasado), considera que este magistrado es una amenaza para sus ambiciones políticas y se ha negado a reincoporarlo.

Ayer sábado, Zardari intentó reducir la confrontación con los disidentes al asegurar que solicitará una revisión de la sentencia del Tribunal Supremo pakistaní que prohíbe a los hermanos Sharif presentarse a las elecciones. Estos opositores han interpretado que detrás de la decisión de ese tribunal está el propio Zardari y han asegurado que la promesa es un intento para disolver la ‘larga marcha’.

El Gobierno, que se enfrenta a la crisis más grave desde su llegada al poder hace un año, ha prohibido la protesta y detuvo a más de 300 activistas el lunes pasado. Pese al despliegue de las fuerzas de seguridad, los disidentes han confirmado la determinación de llegar a Islamabad, donde, entre otras protestas, han convocado a una sentada en las afueras del Parlamento paquistaní.

El clima de tensión ha aumentado el riesgo de que se produzcan enfrentamientos violentos entre los activistas y la Policía. Los analistas políticos han advertido que un escenario de descontrol podría desencadenar la intervención del Ejército.

Estados Unidos ha expresado su preocupación por esta crisis política interna, que podría afectar seriamente el propósito de Pakistán de eliminar los núcleos terroristas talibanes. El Gobierno estadounidense considera que este paso es esencia para estabilizar Afganistán.

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