Al menos 18 personas han muerto y varias decenas más han resultado heridas al estallar una furgoneta cargada de explosivos junto a una comisaría de policía en la ciudad de Nazran, la mayor ciudad de la región rusa de Ingushetia, vecina de Chechenia en la zona del Cáucaso. Fuentes policiales han asegurado que se trata de un atentados suicida.
Según la agencia rusa ITAR-TASS, la explosión se ha producido cuando los agentes formaban en el patio del complejo para una inspección, de ahí el elevado número de víctimas.
Además, varias fuentes han asegurado que se trataba de un artefacto muy potente. «Prácticamente rodos los coches y las instalaciones del complejo policial han quedado completamente destruidos», ha declarado a la agencia Interfax una fuente de las fuerzas del orden.
Este es el segundo ataque suicida en menos de dos meses en Ingushetia: el 22 de junio un terrorista suicida detonó un coche bomba al paso de la comitiva del presidente de la república, Yunus-bek Yevkúrov, quien resultó gravemente herido en el ataque. El miércoles de la semana pasada, el ministro de Construcción de Ingushetia, Ruslán Amirjánov, fue asesinado a tiros en su propio despacho.
La república norcaucásica de Ingushetia, de mayoría musulmana, ha visto cómo se incrementaba la violencia en los últimos meses. Tanto el Kremlin como las autoridades locales achacan la inseguridad a la insurgencia islámica, aunque otros dicen que la rampante corrupción y el abuso de poder de las autoridades prorrusas son el origen del malestar que genera la violencia en la región.
