Kiribati es un pequeño país abandonado en el medio del océano Pacífico, el archipiélago, que tiene 33 islas (apenas 20 tienen habitantes), con una extensión de 811 kilómetros cuadrados, apenas un poco más grande que Madrid.
Según estudios realizados, se espera que las islas se sumerjan en el océano, en 10 o 15 años y quedarán sin hogar a las más de 100.000 personas que hacen vida en ellas.
Esta Isla, en algunas zonas cuenta con una densidad poblacional extrema, como atolón de Tarawa, donde reside más de la mitad de los habitantes de esta nación.
Los habitantes de este país no saben que será de su futuro, es la pregunta que aún no tiene respuesta.
Las autoridades de Kiribati persisten alertando a los líderes mundiales, informando sobre la crítica situación de su país, pues reconocen que de manera obligada tendrán que abandonar sus hogares y su tierra natal.
Es una de las consecuencias del cambio climático, que según el estudio realizado por la Environmental Justice Foundation (EJF), será un fenómeno que dejará la mayor crisis de refugiados que jamás ha visto el mundo y sucederá en la próxima década.
Tarawa Sur es la capital de Kiribati y cuenta con una población que creció de unos 1.600 en 1947 a más de 50.000 actualmente, el incremento de los niveles del mar en otros lugares de la isla ha generado la migración de personas a esta localidad.
Por esto se convirtió en uno de los sitios más densamente poblados de la Tierra.
«Si el agua de mar llegara a la cima, tendría un efecto inmediato y catastrófico, causando salinidad durante 15 meses a dos años; esto podría hacer que el agua no se pueda beber», le explicó Peter Sinclair, asesor de recursos hídricos de la Comunidad del Pacífico en 2014.
