Lipolelo Thabane de 58 años, vivía separada de su marido desde el año 2012, pero el 14 de junio 2017 fue terriblemente asesinada, el suceso ocurrió justo dos días antes de que Thomas Thabane fuera juramentado en su cargo como primer ministro de Lesoto.
Ya hoy es ex primer ministro, tuvo que renunciar el mes pasado, lo hizo por la exasperante inestabilidad política y las acusaciones sobre sus intentos de obstaculizar las investigaciones de la muerte de su exmujer.
Este jueves AFP ha dado a conocer que Thabane y su actual esposa Maesaiah, hicieron un pago inicial de casi 24.000 dólares en 2017 a los sicarios que asesinaron a la entonces cónyuge del político africano.
La información proviene de la acusación de la Policía local según un documento que también desvela la cantidad total que la pareja prometió a los asesinos de Lipolelo Thabane, 180.000 dolares, los pagos serían en cuotas.
Era la fórmula para que Maesaiah Thabane se convirtiera «en la primera dama», sostiene Paseka Moketa, comisionado adjunto de la Policía de Lesoto.
Según Moketa, el mismo político «indicó a sus coacusados la residencia de la difunta». Dos días antes del asesinato de Lipolelo tuvo lugar un intento fallido de acabar con su vida.
El político aún no ha sido acusado, pero la Policía sostiene que el ex primer ministro estuvo involucrado en el complot para matar a Lipolelo usando asesinos a sueldo.
Maesaiah Thabane, con la que Thabane se casó dos meses después de la muerte de Lipolelo, fue implicada en el crimen en febrero, aunque luego fue puesta en libertad bajo fianza de unos 57 dólares. En mayo, esa fianza fue revocada por la Corte de Apelaciones, después que se alegaran sospechas de que el procedimiento no se llevó a cabo de manera correcta.
Investigación «compleja y peligrosa»
El proceso de investigación de un primer minsitro demuestra mucho de la independencia judicial y de la separación de poderes en el país africano, sin embargo la investigación ha sido «compleja y peligrosa»
Así lo afirmó el comisario Molibeli en una entrevista a finales de enero, en la que afirmó que la investigación de Thabane es de los casos más difíciles en los que trabajó en sus 32 años de carrera.
«No ha sido fácil, ha habido muchos intentos para frenar esta investigación», apuntó.
«Creo que lo que estamos haciendo está bien, siempre que tenga la conciencia limpia. La gente de Lesoto quiere saber la verdad y nuestro trabajo es investigar y llegar a la verdad», sentenció.
