La escena encoge el alma. Ocurrió el jueves 1 de abril de 2021, en La Grulla (Texas).
Un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que vuelve a casa terminado el servicio, se topa en la carretera con un niño perdido, que deambula desesperado, por uno de los parajes más desolados de la zona fronteriza entre México y EEUU.
“¿Usted me puede ayudar?”, dice el crío, que tiene 10 años y es nicaragüense, con los ojos hinchados de lágrimas.
El policía migratorio, de origen hispano y que habla con acento mexicano, le pregunta con ternura y el chaval solloza:
“Yo venía con un grupo de personas y me dejaron botado y no sé dónde están”
El policía le pregunta si están sus padres con él: «¿Vienes con tu mamá o tu papá?».
«Nadie. Yo venía en un grupo y me dejaron ‘botado’ y venía aquí a pedir auxilio. Me pueden robar, secuestrar. Tengo miedo».
El niño pasó toda la noche recorriendo la región del Valle del Río Grande después de que entrara ilegalmente en EEUU.
El policía de la ‘Migra’ ha explicado que el niño llevaba ya cuatro horas de caminata sin compañía.
La zona está infestada de serpientes de cascabel.
«A todos los padres que están considerando enviar a sus hijos no acompañados a la frontera, por favor reconsideren ese acto porque es muy peligroso exponer a los niños», han dicho las autoridades fronterizas norteamericanas tras la publicación en las últimas semanas de algunos vídeos en los que se ve a familias mandando a sus hijos a EEUU a través de las fronteras para evitar ser repatriados.
El niño nicaragüensee fue trasladado a las instalaciones de detención de la CBP en la localidad de Donna, Texas.
Allí fue alimentado y fue testeado para detectar coronavirus. Este sitio ha causado polémica en días recientes por las imágenes de los miles de niños hacinados dentro de enormes jaulas.
El incremento en el flujo migratorio que se ha registrado en los últimos meses, desde la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden, ha convertido en papel mojado todas las promesas del presidente demócrata resolver en menos de 72 horas el problema de estos críos, ya sea la deportación o la liberación. Hasta este lunes, había más de 19.000 menores solos en custodia de la policía fronteriza.
Marzo ha sido el mes con más inmigrantes irregulares registrados desde 2006. En total llegaron a la frontera sur de Estados Unidos 171.000 personas, según cifras provisionales.
Cerca del 11% son menores que han hecho el viaje sin acompañante.