"Ningún acuerdo"

La cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un en Hanói termina en espantada del norteamericano

La portavoz de la Casa Blanca calificó sin embargo de "muy buenas" y "constructivas" las reuniones entre los mandatarios, poco después de que ambos abandonaran antes de lo previsto el hotel donde celebraban su reunión

La cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un en Hanói termina en espantada del norteamericano
El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-Un. EP

La segunda cumbre entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, terminó este 28 de febrero de 2019 sin que alcanzaran «ningún acuerdo», confirmó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.

Para las 14.05 hora local (08.05 en España) estaba previsto que Trump y Kim participasen en una ceremonia de firma de un acuerdo conjunto, pero se canceló sin conocerse el motivo para dar paso al siguiente acto que estaba programado: la rueda de prensa que dará el norteamericano antes de abandonar Vietnam.

Trump lo ha explicado muy claro:

«Nos hemos marchado porque el secretario de Estado, Mike Pompeo, y yo hemos pensado que no era bueno firmar lo que había. Han sido dos días muy productivos, pero a veces hay que seguir caminando».

Tal y como admitió el presidente norteamericano, el desacuerdo radicó en las sanciones internacionales que están ahogando la economía norcoreana.

«Ellos querían que se levantaran enteramente y estaban dispuestos a desnuclearizar parte de lo que nosotros le pedimos. Pero tenemos que seguir negociando y, con el tiempo, superaremos nuestras diferencias”.

Eso aseguró antes de confesar que no había fecha para una próxima cumbre.

«Siempre hay que estar preparado marcharse de un acuerdo. Podía haberlo firmado porque estaban todos los papeles listos, pero prefiero hacer lo correcto, en lugar de algo rápido, porque tenemos la oportunidad de que sea algo muy especial».

Además, negó que la ruptura de las conversaciones hubiera sido abrupta.

«No ha sido levantarme e irme. Ha sido una marcha amigable. Le he dado la mano a Kim Jong-un y seguiremos negociando porque somos amigos y su país tiene un gran potencial económico».

Trum volvió a recordar el argumento que ha repetido estos días para convencer al régimen comunista de Pyongyang de que abandone sus armas atómicas.

Tras su primera conversación en la cena de ayer, Trump y Kim habían retomado este jueves la segunda jornada de su cumbre en Vietnam.

En el mismo hotel donde se encontraron anoche, el Metropole de Hanói, se habían reunido a las nueve de la mañana (tres de la madrugada, hora peninsular española) para seguir discutiendo sobre el desarme nuclear de Corea.

Aunque ambos prometieron ante las cámaras que habían hecho un gran esfuerzo y esperaban que el resultado fuera positivo, finalmente las conversaciones se han roto. Respondiendo a la pregunta de un periodista sobre sus expectativas antes de la cumbre, algo insólito para él, Kim Jong-un señaló:

«es demasiado pronto para decirlo, pero no diría que soy pesimista. Lo que siento ahora es que tengo el presentimiento de que saldrá un buen resultado».

El objetivo máximo, y más difícil, de la cumbre era cerrar el reactor nuclear de Yongbyon con unos plazos concretos a cambio de levantar las sanciones que están asfixiando la economía norcoreana. Más sencillo parecía el otro asunto sobre la mesa: la firma de un acuerdo de paz que pusiera fin oficialmente a la guerra de Corea, que acabó en 1953 solo con un armisticio y ha lastrado desde entonces las relaciones entre ambos países.

Finalmente, Trump y Kim no han firmado ni lo uno ni lo otro.

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