La exmodelo es célebre por ser de las personas que mejor entiende al magnate

Dimite Hope Hicks, la directora de comunicaciones de Trump, y ya van cuatro

Creció a la sombra de Ivanka y llegó a trabajar como modelo para su marca de ropa

Dimite Hope Hicks, la directora de comunicaciones de Trump, y ya van cuatro
Hope Hicks. WH

Hicks jugó un papel esencial en la reforma fiscal, el mayor logro legislativo de Trump

Le duran a Donald Trump menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Hope Hicks, la asesora más fiel del polémico presidente de EEUU, renunciará a su cargo como directora de comunicaciones de la Casa Blanca en las próximas semanas, una dimisión que deja vacante el cargo por cuarta vez en el corto mandato del magnate. Ha acompañado a Trump desde hace tres años.

Según The New York Times, ha comunicado a sus colegas que ha logrado sus objetivos con un trabajo que la convertía en una de las personas más poderosas de Washington, y que nunca habría un momento perfecto para irse.

La exmodelo Hicks se unió a la campaña del multimillonario en su etapa más temprana y, aun sin experiencia política previa, protagonizó un meteórico ascenso en medio de las turbulentas aguas del equipo de Trump, de ayudante de prensa hasta ser anunciada como directora de comunicaciones.

Es conocida por ser una de las pocas personas en la Casa Blanca que entienden la personalidad de Trump y son capaces de hacerle cambiar de opinión. Ha sido descrita por funcionarios como «la verdadera hija», mientras que Ivanka Trump desempeña el papel de esposa, según el polémico libro Fuego y furia.

«Conecta con Trump, le entiende totalmente»

Hicks conoció en 2012 a Ivanka cuando estaba trabajando para una firma de relaciones públicas de Nueva York y enseguida conectó con la hija del magnate, quien la invitó a unirse en agosto de 2014 a la Organización Trump y convirtió a Hicks en una de sus asesoras más cercanas en su línea de moda.

Creció a la sombra de Ivanka y llegó a trabajar como modelo para la tienda en Internet de su marca de ropa. El periodista Michael Wolff asegura que Trump siente un cariño paternal por Hicks y ella es devota del magnate, razón por la que alimenta su ego al presentarle artículos de prensa positivos.

En declaraciones a Político, una persona cercana al magnate consideró que Hicks es una especie de «souvenir de la torre Trump» que el mandatario ha traído a la Casa Blanca para recordar su antigua vida y tener a alguien con quien, desde la nostalgia, hablar de los buenos tiempos de Nueva York.

«El papel más importante de Hope es que conecta con Trump, le entiende totalmente», dijo a la prensa en 2016 Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump y ahora imputado por varios cargos como fruto de la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales.

Jugó un papel esencial en la aprobación de la reforma fiscal, hasta ahora, el mayor logro legislativo de Trump. También llegó a protagonizar involuntariamente uno de los escándalos más recientes de la Casa Blanca, ya que es la pareja de Rob Porter, quien dimitió tras ser acusado de maltrato.

Un puesto maldito

La guerra que mantiene Trump con los medios desde antes de alzarse vencedor en las elecciones de 2016, y su peculiar y políticamente incorrecto modo de hacer públicas sus decisiones y opiniones, han hecho que el cargo de director de comunicaciones de la Casa Blanca no sea el puesto más codiciado.

Desde el día en que juró como presidente de Estados Unidos, el cargo estuvo ocupado por Sean Spicer, quien al mismo tiempo hacía las veces de portavoz. Ocupó el puesto durante 45 días, antes de ser sucedido por Mike Dubke.

Dubke renunció poco antes de cumplir los tres meses, un momento de máxima tensión entre la Casa Blanca y los periodistas, para volver a manos de Spicer de forma interina, por otro mes y medio.

En un movimiento arriesgado por parte del magnate, quien llevaba tiempo queriendo incluir al inversor Anthony Scaramucci en su gabinete, decidió darle ese puesto en contra de los deseos de Spicer, provocando la renuncia de este último como portavoz, y un nuevo terremoto dentro de su equipo.

Pero Scaramucci, empresario de Wall Street conocido por sus maneras histriónicas y grandilocuentes, no tardó en abandonar forzosamente el barco, ya que su aterrizaje también provocó la salida del entonces jefe de gabinete, Reince Priebus, que fue sustituido por el general John Kelly. Y una de las primeras decisiones del militar como jefe de personal de Trump fue despedir de forma fulminante a Scaramucci.
A diferencia de sus predecesores, Trump y ella parten en buenos términos

Pese a suponer la cuarta ocasión en la que el puesto queda disponible, la marcha de Hicks no parece haber ocurrido en malos términos con Trump, quien ha tenido palabras de halago y reconocimiento para la joven de 29 años.

«Hope es sobresaliente y ha hecho un gran trabajo durante los últimos tres años. Es muy inteligente y considerada, así como una gran persona. Extrañaré tenerla a mi lado, pero cuando me consultó para buscar otras oportunidades, lo entendí totalmente», ha revelado Trump en un comunicado.

«Estoy seguro de que trabajaremos juntos de nuevo en el futuro», ha agregado el mandatario. Por su parte, la propia Hicks asegura que «no hay palabras» para expresar adecuadamente su gratitud al millonario, y ha deseado al presidente y a su Gobierno «lo mejor».

La noticia llega un día después de que la consejera del presidente testificara durante más de ocho horas ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes en el marco de la investigación sobre la posible coordinación de la campaña de Trump con el Gobierno ruso para influir en los comicios de 2016.

Ha reconocido haber dicho «mentiras piadosas» en favor de Trump

No obstante, según indica The New York Times citando diversas fuentes conocedoras de sus intenciones, la renuncia no ha tenido que ver con la investigación y su testimonio, sino que llevaba considerando sus opciones de salida desde hace varios meses.

Durante su intervención ante los congresistas, Hicks se negó a contestar a varias de las cuestiones planteadas como parte de la investigación, que es independiente de la que dirige el fiscal especial encargado de la trama rusa, Robert Mueller.

Hicks se negó a contestar a varias preguntas de la investigación.

Sin embargo, la joven reconoció a los legisladores haber dicho «mentiras piadosas» en favor del presidente, aunque nunca sobre nada relevante relacionado con la investigación rusa.

Es por ello, que pese a abandonar la Casa Blanca en las próximas semanas, es probable que el nombre de Hicks siga planeando sobre Washington a medida que avanzan las pesquisas sobre la injerencia del Kremlin y el fiscal especial estrecha el cerco sobre el círculo más próximo al magnate.

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