Roma, 27 ene (EFE).- Los abogados del ex primer ministro Han solicitado la recusación de los magistrados que le juzgan por el llamado caso Mills, en el que está acusado de corrupción en acto judicial
Ha sido un ‘strip-tease’. O casi. Pero en lugar de chicas macvizas, los protagonistas fueron los abogados de Silvio Berlusconi y lo que se quitaron no fueron medias, bragas y sujetadores, sino las togas.
Ocurrió este viernes 27 de enero de 2012, en el inicio del juicio contra el ex primer ministro italiano.
La defensa de ‘Il Cavaliere’ decidió abrir de esa manera una vista del ‘Rubygate’, el proceso por abuso de poder y contactos sexuales con una menor.
Niccolò Ghedini y Piero Longo se quitaron las togas en protesta por el retraso del tribunal en pronunciarse sobre un aplazamiento de las vistas que habían solicitado y desaparecieron indignados de la sala del tribunal de Milán. Sus suplentes asumieron la defensa.
PROTESTAS Y TOGAS
Los abogados del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi han solicitado la recusación de los magistrados que juzgan al empresario por el llamado caso Mills, en el que está acusado de corrupción en acto judicial.
Los letrados Piero Longo y Nicolò Ghedini presentaron el escrito de recusación ante el Tribunal de Apelación de Milán (norte de Italia), informaron los medios de comunicación locales.
La petición de Berlusconi llega después de que los magistrados decidieran prescindir de varios testigos de la defensa y por el calendario de audiencias establecido por la corte, con el que no están de acuerdo los abogados del empresario.
Asimismo, la defensa de Berlusconi sostiene en su escrito de recusación que el delito del que se acusa al ex primer ministro prescribe antes de la fecha establecida por los magistrados para la sentencia, el próximo 11 de febrero.
El caso Mills se refiere al supuesto pago de 600.000 dólares por parte de Berlusconi a su exabogado el británico David Mills, a cambio de que este falseara a su favor su testimonio en dos juicios a finales de los años noventa, permitiendo que el mandatario quedara absuelto.
Berlusconi ha asegurado que no recuerda haber conocido a Mills porque era uno de los muchos abogados que el grupo Fininvest (de su propiedad) tenía en el extranjero y que los 600.000 dólares corresponden al pago en dinero negro al letrado por parte del armador italiano Diego Attanasio para eludir al fisco británico.
El propio Mills ha declarado en varias ocasiones durante el juicio contra Berlusconi que se inventó la historia sobre el dinero que supuestamente recibió del ex primer ministro y se justificó diciendo que lo había hecho porque temía al fisco británico, pues el dinero provenía de una minuta en negro del armador italiano.
Sin embargo, Attanasio, también llamado a declarar durante el juicio, ha negado todos los argumentos esgrimidos por la defensa de Berlusconi y ha afirmado que el dinero que recibió Mills no era suyo.
Con todo, Mills sí fue condenado en primera y segunda instancia por favorecer a Berlusconi en esos dos procesos, aunque el Supremo italiano decretó el 25 de febrero de 2010 la prescripción del delito.
El caso Mills es uno de los tres juicios que Berlusconi tiene abiertos en Milán, junto al caso Ruby (incitación a la prostitución de menores y abuso de poder) y Mediaset (fraude fiscal), y que se suman a la audiencia preliminar del caso Unipol (participación en la revelación de secreto profesional).