Un escándalo político está sacudiendo con fuerza a Australia.
La primera ministra del estado australiano de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, ha anunciado su renuncia al cargo después de que el organismo estatal de control de la corrupción le haya abierto una investigación.
Los hechos investigados por la Comisión Independiente contra la Corrupción de Nueva Gales del Sur (ICAC, por sus siglas en inglés) se remontan al periodo entre el año 2012 y el 2018, cuando Berejiklian otorgó subvenciones a varias organizaciones comunitarias.
“Me duele anunciarlo, pero no tengo otra opción que renunciar al cargo (…) Hacerme a un lado no es una opción para mi como primera ministra de Nueva Gales del Sur. La gente del estado necesita tener certeza sobre quién es su líder durante la difícil época de la pandemia”, ha declarado.
En esta línea, Berejiklian ha afirmado que dimitir en este momento “va en contra” de sus “instintos” y que es algo que no querría hacer. “Mi renuncia como primera ministra no podría ocurrir en un peor momento, pero está completamente fuera de mi control ya que el ICAC ha elegido tomar esta acción durante las semanas más desafiantes de la época más desafiante de la historia del estado”, ha dicho.
El ICAC celebrará una serie de audiencias públicas a finales de este mes para investigar si efectivamente se dio un conflicto de intereses entre los deberes públicos de Berejiklian y la búsqueda de un beneficio privado.
Al respecto, ella ha declarado ser inocente y ha negado estar involucrada en ninguna conducta ilegal o corrupta durante su carrera en el Parlamento estatal. “Siempre he actuado con el más alto nivel de integridad. No me arrepiento de nada durante mi tiempo en la vida pública”, ha reivindicado.
La ya ex primera ministra ha anunciado también su dimisión como miembro del Parlamento y ha afirmado que deja la política para no ser una distracción para el Gobierno durante la pandemia.