El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Coincido con la tesis de tu texto

COINCIDO CON LA TESIS DE TU TEXTO

Dilecta Pilar:

He decidido que no volveré a colocar en un asunto, aunque sea entre paréntesis, el sintagma “versión definitiva”, sino corregida, pues la que te envié volví a enmendarla. Veremos si la decisión adoptada la echo en saco roto o tiene el recorrido apetecido.

Celebro que esa sea tu determinación, que harás todo lo posible por sentirte que eres siempre bien nacida, porque en todo momento y lugar te mostrarás agradecida; y, confío, deseo y espero que, como en mi caso, la tuya logre arreglar lo estropeado.

Gracias, por enviarme tu colaboración, porque no sé si seguiré recibiendo la revista Humanizar. Me llegó el doble número que me anunciaste. Me ha gustado mucho tu descripción (porque te limitas a describir) el doble camino que se le presenta o cabe o puede escoger la persona que, cuando, ante una situación límite, irremediable, de muerte en vida, comprueba que la senda se bifurca; y del tema peliagudo que gravita sobre quienes la padecen o sufren, la eutanasia. Hace poco escribí sobre dicho asunto. La perspectiva que adopté en dicho texto acaso coincida o esté cerca de la que adujo o decidió tomar Antonio Aramayona.

No me molesta que insistas en recomendarme la última película de Amenábar. Intuyo que has visto muchos pros en ella (al menos, más que contras).

Pues, en ese asunto o punto concreto de discusión, abundamos en el parecer. En otros discreparemos, seguramente. Pero no por eso dejaremos de tolerar que la otra persona, ella o él, piense lo que considere oportuno. A propósito de que hayas aprobado mi decisión, me gustan mucho esos versos finales (una cuarteta) de la fábula “El oso, la mona y el cerdo”, que apareció publicada en las “Fábulas literarias” (1782) de Tomás de Iriarte, que dicen así: “Guarde para su regalo / Esta sentencia un autor: / Si el sabio no aprueba, ¡malo! / Si el necio aplaude, ¡peor!”.

Me hago cargo de lo que cuesta escribir un reportaje como el tuyo, pero, como sostengo en el texto (lo rotulé así, “Para crear se tiene que creer”) que escribí a bolígrafo ayer en casa y, cuando termine de redactarte estas líneas, lo pasaré al ordenador, “para crear uno tiene que creer que puede, que está capacitado para crear, ponerse a ello y salir airoso de ese brete”. De nada. Gracias a ti.

Esta mañana sí había ejemplar del Heraldo de Aragón en la librería/papelería “El Cole” y he podido leer tu artículo “Todos somos ellas” (que podrías haber subtitulado “Todas somos ellos” y que yo acaso hubiera rotulado, dados mis antecedentes, de esta guisa: “Todas/os somos ellas/os”, porque esta semana, amén de los habituales y condenables asesinatos de mujeres, hemos conocido otros, esporádicos, pero no menos dignos de reprobación, de hombres, coronados o culminados por mujeres, que mencionas en tu doble —esta vez— columna y aventuras o achacas, acaso, a mero contagio). Me ha gustado sobremanera tu ejercicio de empatía y solidaridad. Coincido con la tesis que recorre tu texto y colocas al final: en el ámbito humano, cada una/o de nosotras/os debemos ser nuestras/os jefas/es.

Tengo para mí que el grueso de los asesinatos de féminas que han acaecido, ocurren y sucederán en este y otros países tiene causa u origen o que ver con una pésima educación recibida (en un ámbito doble, hogar y escuela). Mientras no convenzamos a otros y no nos convenzamos a nosotros mismos de que nuestra pareja actual no es una propiedad nuestra, sino suya (de ella), de que es libre, como lo somos nosotros, de amar (por unos motivos) y de no amar o dejar de amar (por otras razones de peso); mientras no nos persuadamos de que nuestra pareja actual, como la verdad, es provisional, pues dura como tal mientras sus actos no contradigan el acuerdo, pacto o vínculo al que llegamos mancomunadamente; mientras no desterremos de nosotros prejuicios ancestrales y no asumamos como propias las susodichas ideas, seguiremos computando (¡terrible realidad!) crímenes reprobables de ese jaez o tipo.

Otro (de tu amigo Otramotro).

   Ángel Sáez García

   [email protected]

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

Lo más leído