AL CIERZO AIREAR TU ÓBITO LE DUELE
Ha muerto quien hacía arte, Arteaga.
¡Qué pocos con justeza valoraron!
Estos, seguramente, se apenaron
Cuando arribó la amarga, la que halaga.
No creo que su muerte satisfaga
A cuantos en su coro gorjearon
Ni a quienes muchas veces recordaron
De una forma precisa o un tanto vaga.
Deseo darle tiempo a lo que siento,
Todo lo que la pena necesita.
Que aquí, en este soneto, yo no miento
Consta al que ahora lee y lo musita.
Al cierzo airear tu óbito le duele,
Mas no que junto a Dios tu alma estar suele.
Ángel Sáez García