QUIEN LEGITIMIDAD NIEGA AL CONTRARIO
DEVIENE, EN UN MOMENTO, EN SU ADVERSARIO
Si de mí dependiera (hágame caso;
Se lo digo a usted, que esto atenta/o lee),
No seré quien con otra/o se pelee,
Porque cosecharía otro fracaso.
Con mis pasiones déjeme, y acaso,
Si empujo a otra/o a la causa en la que cree
Tanto como yo juzgo, y no se pee
A voluntad, quizá evite el ocaso.
Quien legitimidad niega al contrario,
Sea esta electoral o de otro tipo,
Deja de ser quien era, el arquetipo,
Y pasa a convertirse en su adversario;
De quien todas/os desprecian hoy su porte,
Venga del sur, del este, oeste o norte.
Ángel Sáez García