ULTRAJE EN UNA HABITACIÓN DE HOTEL
DONDE UN DEPREDADOR DESFLORÓ A INÉS
No creo que la frase bien cuadrara
Con cuanto de ocurrir allí acababa
Y a mí cada vez más me cabreaba:
“Los dos hemos dejado que pasara”.
A mí es normal que aquello me pesara
Más de una tonelada. No aguantaba
Tanta vergüenza. No la soportaba.
Quería que el desliz se sublimara.
Debí decir que no, pero adelante
Seguí, medio borracha, el desvarío,
Que grima ahora da y escalofrío.
Lo horrendo hoy ayer vi casi elegante.
Me abrí de piernas y mandé al carajo
Mis objeciones, y acabé el trabajo.
Inés Montemayor, desangelada.
Ángel Sáez García
angelsaez.otramotro@gmail.com