DE LA CORDADA SOY DE GOENAGA
Perfectamente entiendo a Goenaga;
A quien le resultaba un sacrificio
De su obra perorar, todo un suplicio,
Como si le clavaran una daga.
No era Juan Luis una persona vaga,
Pero no hallaba un parvo beneficio
En hablar de sus lienzos y su oficio;
Ellos ya hablaban de ello, ¿o no Arteaga?
Rehusaba acudir a eventos varios,
Porque eran como potros de tortura.
Ignoro cuántos nones di a calvarios
Con personas ilustres, sí, de altura.
Versear prefería a darme pisto
O hacerme el longui/s: perdón, no te he visto.
Ángel Sáez García