LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

Pedro Sánchez, a cambio de los Presupuestos, legitima el ‘proceso virus golpista’ con la foto de la vergüenza

Luis Ventoso: "La ciudadanía vive más atenta a los concursos de la factoría Vasile y a las cañitas del finde que al futuro de su país"

Pedro Sánchez, a cambio de los Presupuestos, legitima el 'proceso virus golpista' con la foto de la vergüenza

Pedro Sánchez no va a parar en barras hasta conseguir que esta vez sí los separatistas le aprueben las cuentas y pueda sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. ¿Y cuál es la fórmula? Pues darle carta de naturaleza separatistas catalanes con los que tiene que negociar una serie de condiciones irrenunciables para ellos, entre ellos volver a realizar otro referéndum de autodeterminación. ¡Ah, y por supuesto con el inhabilitado Quim Torra haciendo el moscardón en esa reunión!

Los editoriales y tribunas de papel de este 26 de febrero de 2020 no dan crédito a lo que se va a vivir esta jornada en España y tienen bien claro que el presidente del Gobierno de nuestra nación ha procedido a claudicar y a entregar las ‘armas’ a cambio, eso sí, de un pírrico botín, que le respalden los PGE. Ahora solo falta saber cuál es el precio a pagar por este primer ‘recibo’ que van a pasarle los golpistas a Sánchez.

El editorial de El Mundo habla sin tapujos que a lo que vamos a asistir en esta jornada es la conformación de la mesa de claudicación:

Conviene recordar el origen del humillante disparate en forma de mesa de negociación que va a perpetrar hoy el Gobierno de Sánchez con el del inhabilitado Torra. Conviene recordar que esa mesa que Sánchez, haciendo de la necesidad virtud, pretende ahora convertir en benevolente emblema de su voluntad de diálogo no es más que la indigna claudicación que quería evitar cuando decidió repetir las elecciones para no tener que depender de los separatistas. La apuesta le salió mal y perdió muchos votos, pero en lugar de explorar la vía constitucionalista pactando con el PP y Cs se abrazó a Pablo Iglesias y confió la gobernabilidad al chantaje perpetuo de ERC. Que le puso esta mesa extraparlamentaria como condición de su investidura y ahora le obliga a celebrarla como condición para empezar a negociar los Presupuestos.

La propia imagen supone una dolorosa derrota del constitucionalismo y un balón de oxígeno para la posverdad del separatismo en el extranjero, cuyo delirio de dos naciones negociando en pie de igualdad será hoy avalada por el presidente del Gobierno, por mucho que intente disfrazar su claudicación.

Santiago González comenta que Pedro Sánchez está haciendo el ridículo, pero que a estas alturas ya no le importa seguir adelante, que se siente muy a gusto en ese papel:

Ni en la parte sanchista de la mesa ni en la torrista hay una presencia que represente a los ciudadanos catalanes por la unidad de España. El Gobierno de España ha hecho suya la monstruosa sinécdoque de que adolece la mesa. Negociar con Cataluña es negociar con la parte separatista de Cataluña. Y en la parte española de la negociación viene a pasar lo mismo. Torra ya ha avisado de que va a imponer un orden del día «de complicada digestión para el Gobierno», seguramente amnistía y autodeterminación. Y plantearán el relator para elegirlo, un suponer, en la segunda cita. «De ahí no vuelves», le diría Perón a Sánchez, pero a nuestro presidente no le importa. Ha probado el ridículo y le gusta.

Para el ABC, esta mesa se trata de una farsa en toda regla:

La mesa de negociación que hoy se constituye entre los gobiernos central y catalán es una farsa de la que Sánchez es plenamente responsable. No es una mesa de negociación, porque lo que pretenden los nacionalistas –amnistía y autodeterminación– no son negociables; y no es una mesa de gobiernos porque el aún presidente Torra va a sentar a dirigentes separatistas ajenos al Gobierno autonómico. En realidad es otra más de las mentiras sobre las que Pedro Sánchez construyó su investidura, porque se trata de un acto de legitimación de un Ejecutivo sedicioso y de unos condenados por el Tribunal Supremo a los que se rehabilita a distancia solo por el hecho de aceptar la existencia misma de la tal mesa.

La presencia de Josep María Jové, un imputado por el 1-O y probable «ideólogo» del proceso separatista, da la medida de la ausencia de escrúpulos de Sánchez y del resto de ministros que van a mantener semejante interlocución. La farsa consiste en aceptar este formato de claudicación como un acto de «reencuentro» con quienes, lejos de querer reencontrarse, están afirmando día tras día que quieren irse de España, llevándose consigo a todos los catalanes.

Luis Ventoso considera que es aberrante que la sociedad española esté adormilada ante el despropósito que se va a vivir en Moncloa:

Cuando se enfila la senda del deterioro se corre el riesgo de acabar aceptando como normal aquello que en puridad es aberrante. Y eso empieza a ocurrir en nuestro país. La reunión de la mesa de desguace de España que ha organizado hoy Sánchez en La Moncloa, con la única meta de que los separatistas le sellen sus presupuestos a cualquier precio, es un engendro inaceptable y debe ser denunciada con énfasis. Hace solo dos años, un disparate así, que orilla todo nuestro sistema institucional, habría provocado un enorme escándalo social y mediático. Pero la sociedad española está adormilada, bien mecida por una eficaz propaganda a través del cuasi monopolio televisivo del «progresismo». La ciudadanía vive más atenta a los concursos de la factoría Vasile y a «las cañitas del finde» que al futuro de su país.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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