Cuando la broma se convierte en delito

Quequé se ‘caga’ ante el juez y dice lloroso que solo ‘bromeaba’ cuando propuso dinamitar el Valle de los Caídos

El 'graciosillo' de la Cadena SER ya tuvo que pagar casi 50.000 euros a Periodista Digital por insultar a Alfonso Rojo

Quequé, La Cadena SER y la Cruz del Valle de los Caídos
Quequé, La Cadena SER y la Cruz del Valle de los Caídos. PD

Se ha ‘cagado’.

Casi literalmente, viendo la cara que el paisano ponía ante el juez y el hilillo de voz que emergía de su garganta.

Es lo que sucede con sujetos como Héctor de Miguel, más conocido por su alias «Quequé«, cuando se atraviesa la delgada línea entre el humor y el odio y se sueltan con reiteración sandeces y ofensas a través del micrófono.

El cómico de la Cadena SER se encuentra nuevamente en el ojo del huracán.

Y ahora, asustado, declara ante el juez que solo «bromeaba» cuando sugirió dinamitar el Valle de los Caídos.

Un chiste que para Abogados Cristianos, la asociación que presentó la denuncia, constituye «un delito de odio de libro».

El caso, que se remonta a junio de 2022, ha vuelto a la palestra mediática este 23 de enero de 2025, cuando el tal Quequé compareció ante el Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid.

El humorista, que tiene la gracia donde las avispas lo que pica, se trató de defender argumentando que sus palabras iban dirigidas «exclusivamente a su público» y formaban parte de su rutina cómica.

Para Polonia Castellanos, presidenta de Abogados Cristianos, las declaraciones de Quequé van mucho más allá del humor: «Las afirmaciones que hizo son muy agresivas, no pueden ampararse absolutamente en nada».

La letrada confía en que haya una sentencia condenatoria.

Este incidente no es un hecho aislado en la carrera de Quequé.

El empleado de la SER ya se llevó en el pasado alguna en los morros y la cartera en el pasado por sus comentarios ofensivos e insultantes.

De hecho, su historial de polémicas parece ser tan extenso y más florido que su lista de chistes malos.

La doble vara de medir: cuando el humor se vuelve selectivo

El caso de Quequé pone de manifiesto una vez más la aparente doble moral que existe en ciertos sectores del humor y el periodismo españoles.

Mientras que algunos temas se consideran intocables, otros parecen ser blanco fácil para la sátira más descarnada.

Alfonso Rojo, periodista y editor de Periodista Digital, fue víctima de esta doble vara de medir cuando Quequé y la Cadena SER fueron condenados a pagarle 41.800 euros por «bullying«.

La sentencia, que calificó los insultos como una «cruel situación de acoso«, señaló como autor principal a De Miguel alias Quequé, pero extendió la responsabilidad a todo el Grupo PRISA por su connivencia.

Este episodio puso de manifiesto no solo la falta de profesionalidad de ciertos comunicadores, sino también la complicidad de grandes grupos mediáticos en prácticas que rayan en el acoso.

La sentencia fue clara al respecto: «Consideramos que resulta lamentable un acoso semejante entre profesionales, semejándose a una cruel situación de bullying, que merece un justificado reproche social».

El Valle de los Caídos: un símbolo controvertido

El supuesto chiste de Quequé sobre dinamitar el Valle de los Caídos no surge en el vacío.

Este monumento ha sido objeto de intenso debate político y social durante años.

Rebautizado oficialmente como Valle de Cuelgamuros en 2022, el complejo sigue siendo un punto de fricción en la sociedad española.

Diversas voces de la izquierda han pedido su demolición o, al menos, una profunda resignificación del lugar.

Sin embargo, estas propuestas han encontrado una fuerte oposición.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por ejemplo, ha manifestado que «nunca» dará permiso para demoler ni la cruz ni ningún otro elemento del Valle.

El debate sobre el futuro del monumento se ha intensificado con la aprobación de la Ley de Memoria Democrática.

Esta normativa ha generado temores entre algunos sectores sobre una posible intervención más allá de la mera conservación del complejo.

Cuerda floja

¿Dónde termina la sátira y comienza el discurso de odio?

¿Es posible bromear sobre cualquier tema?

La respuesta no es sencilla. Mientras que la libertad de expresión es un pilar fundamental de cualquier democracia, también es cierto que esta libertad conlleva responsabilidades.

El humor, por provocador que sea, no puede ser una carta blanca para el insulto o la incitación al odio.

El propio Quequé parece no haber aprendido la lección de su condena anterior.

Su actitud desafiante y su aparente falta de arrepentimiento sugieren que el cómico sigue considerando que está por encima de las consecuencias de sus palabras.

El papel de la Cadena SER en todo este asunto no puede pasarse por alto.

Como empleadora de Quequé, la emisora tiene una responsabilidad en el contenido que se emite en sus ondas.

La connivencia señalada por el tribunal en el caso de Alfonso Rojo plantea serias dudas sobre los estándares éticos de la cadena en particular y del Grupo PRISA en general.

Curiosidades sobre el caso

  • Quequé ha sido condenado a pagar más de 50.000 euros por insultos, pero sigue haciendo chistes controvertidos en antena.
  • El Valle de los Caídos recibe más de un millón de visitantes al año, a pesar de las polémicas que lo rodean.
  • La cruz del Valle de los Caídos es la más alta del mundo, con 152 metros de altura.
  • Héctor de Miguel alias Quequé intentó «cumplir» la sentencia del caso Rojo publicando un pantallazo de baja resolución en su cuenta de Twitter en horas de la madrugada. Y lo pillamos y eso les costo otros 10.000 a los de la SER.
  • La Cadena SER es el medio que más usa Twitter, con 1,7 millones de posts, mientras su presentador estrella ataca a Elon Musk.

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