La política española vive estos días una de sus tormentas perfectas. Pedro Sánchez, acorralado por los escándalos de corrupción que salpican a su núcleo duro, ve cómo el futuro de su gobierno pende de un hilo.
La presión no solo viene de la oposición, sino también del interior del propio Partido Socialista, donde ya se escucha alto y claro el nombre de Salvador Illa como posible relevo en la presidencia del Gobierno.
El clima está tan enrarecido que hasta José Luis Rodríguez Zapatero ha movido ficha para empujar a Sánchez hacia la puerta de salida y allanar el camino para Illa, actual presidente de la Generalitat de Cataluña, según ha trascendido en las últimas horas.
Mientras tanto, los españoles asisten atónitos a un desfile de dimisiones y rumores, con la sombra alargada del “caso Cerdán” sobrevolando Ferraz y Moncloa.
Para añadir picante al asunto, se especula con una crisis de gobierno inminente y un posible cese fulminante del ministro Víctor Torres, antes incluso de que estalle su propio informe policial.
Las claves del terremoto socialista: corrupción, presiones y sucesión
El detonante: Santos Cerdán y la trama Koldo
El escándalo estalló cuando un informe policial implicó a Santos Cerdán, hasta entonces número tres del PSOE y mano derecha de Sánchez, en una red de comisiones ilegales ligadas a contratos públicos. La dimisión inmediata de Cerdán no ha servido para calmar las aguas; al contrario, ha abierto una grieta profunda en el socialismo español. Con los socios parlamentarios exigiendo explicaciones y la oposición pidiendo elecciones inmediatas, el margen de maniobra para Sánchez se reduce cada día.
Zapatero entra en escena
Como si de un “Juego de Tronos” socialista se tratara, Zapatero ha aprovechado el momento para presionar a Sánchez y facilitar una transición interna que evite el hundimiento total del partido. La jugada sería propulsar a Illa como hombre puente hasta 2027, año previsto para las próximas elecciones generales, intentando salvar los muebles y esquivar un adelanto electoral que podría ser letal para el PSOE.
La cita secreta entre Sánchez e Illa
En medio del caos, Salvador Illa fue llamado urgentemente a Moncloa por Sánchez. El secretismo ha sido tal que ni siquiera se filtró la agenda oficial. ¿De qué hablaron? Todo apunta a que Sánchez tanteó el terreno para una sucesión ordenada o al menos para asegurarse la lealtad del líder catalán en caso de tener que salir precipitadamente por la puerta trasera.
¿Qué pasaría si Illa acaba siendo presidente?
La pregunta del millón es: ¿cómo sería un Gobierno presidido por Salvador Illa? Y aquí empiezan los juegos malabares políticos.
- Illa es visto como “el último baluarte socialista” en Cataluña y mantiene buena imagen entre sectores moderados.
- Sin embargo, su sanchismo declarado genera recelos en parte del PSOE que quiere pasar página cuanto antes.
- Su perfil discreto —algunos lo tildan de excesivamente prudente— podría garantizar estabilidad interna… o perpetuar la sensación de interinidad hasta 2027.
Consecuencias institucionales inmediatas
- Habría que activar el mecanismo parlamentario para investir a un nuevo presidente sin pasar por las urnas. Esto exige una mayoría simple en el Congreso.
- Los socios nacionalistas (ERC, Junts, Bildu) podrían ver con mejores ojos a Illa que a Sánchez, aunque nadie descarta nuevas exigencias autonómicas como peaje.
- El Partido Popular intensificaría su presión reclamando elecciones inmediatas para legitimar al sustituto ante las urnas.
Impacto sobre Cataluña
- Si Illa abandona la Generalitat para mudarse a Moncloa, se abriría otro melón: ¿quién toma el timón del PSC en Cataluña?
- Esta jugada debilitaría aún más la posición territorial socialista justo cuando es su único feudo sólido tras perder poder municipal y autonómico en otras regiones.
Un PSOE dividido… pero resignado
- Parte del aparato teme quemar demasiado pronto a Illa antes del ciclo electoral.
- Otra facción suspira por pasar página del “cáncer sanchista” y cree que solo un perfil neutro o renovador podrá salvar los restos del naufragio.
Entre bambalinas: crisis ministerial y operaciones preventivas
Sánchez baraja además una crisis inmediata de Gobierno para sacrificar al ministro Víctor Torres antes incluso de que caiga sobre él el informe definitivo de la UCO. El objetivo: cortar hemorragias antes de que lleguen a mayores y evitar más dimisiones en cascada.
No obstante, este movimiento sería interpretado como una huida hacia adelante más que como una regeneración real. La sensación generalizada es que “la legislatura está agotada”, según reconocen voces internas socialistas.
Curiosidades y datos llamativos
- En las quinielas internas no solo aparece Illa; también suenan nombres como Eduardo Madina o incluso Zapatero como hombre providencial para capear temporalmente el temporal socialista.
- La última vez que un presidente español dimitió voluntariamente fue Adolfo Suárez… hace más de cuarenta años.
- El informe policial sobre Cerdán incluye rastreo sobre más de 500 cuentas vinculadas directa o indirectamente al PSOE.
- Las redes sociales han convertido “#IllaPresidente” en tendencia nacional apenas unas horas después del misterioso encuentro con Sánchez.
La realidad política española demuestra, una vez más, que aquí nunca hay tiempo para aburrirse. Si finalmente Salvador Illa da el salto desde Cataluña hasta Madrid —y salva al PSOE del naufragio— será porque así lo dictan no solo las urgencias judiciales sino también las reglas siempre imprevisibles del poder.