Presión soberanista tras el escándalo del PSOE

El etarra Otegi aprieta las clavijas al atribulado Sánchez: le exige ahora un Estado plurinacional

El líder abertzale aprovecha la debilidad socialista para condicionar la legislatura y pide una reforma territorial profunda

Sánchez (PSOE) con Otegi (BILDU).
PD

Lo van a ordeñar como a una vaca.

Apretando todavía más de los que han hecho hasta ahora.

Porque lo tienen a cuatro patas y entregado.

La política española vive estos días una de esas sacudidas que redefinen alianzas y líneas rojas.

La detención de Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, implicado en una trama de corrupción tentacular, ha dejado al Gobierno Sánchez boca abajo y con el trasero en pompa.

Pero donde algunos ven debilidad, otros, como Arnaldo Otegi y EH Bildu, detectan oportunidad.

El etarra ha decidido subir el precio del apoyo parlamentario: ahora exige avanzar hacia un «Estado plurinacional» y una reforma territorial profunda, justo cuando el PSOE más depende de sus socios minoritarios.

El propio Otegi no ha dudado en capitalizar el momento. En su comparecencia ante los medios en San Sebastián, ha recordado que «para EH Bildu, Navarra es estratégica», marcando territorio en uno de los epicentros políticos más disputados. Pero lo relevante no es solo lo que pide, sino cuándo y cómo lo hace: con el PSOE bajo sospecha pública y con su principal interlocutor en prisión preventiva.

De la cárcel a las reuniones discretas: la mediación de Antxon Alonso

La historia reciente entre socialistas y abertzales suma un capítulo peculiar. Otegi ha admitido esta semana que fue el empresario Antxon Alonso —vinculado al caso Koldo— quien le presentó a Cerdán poco después de su salida de prisión. La escena tiene tintes cinematográficos: Alonso, según Otegi, «no es mi amigo, le habré visto cuatro veces», pero fue suficiente para ejercer de intermediario e iniciar una relación directa con el PSOE navarro. El encuentro se produjo en un coche «no muy lujoso», con la discreción que exige la política vasca cuando está en juego algo más que presupuestos: la arquitectura del Estado.

Otegi matiza que Bildu no necesita intermediarios para hablar con los socialistas («llevo 40 años haciéndolo»), pero lo cierto es que este canal resultó clave para establecer «la vía de comunicación» entre ambas formaciones durante los años críticos del Gobierno de Sánchez. No es solo cuestión de formas: es un síntoma claro del peso creciente de Bildu en el Congreso y en las negociaciones clave.

Un nuevo precio para la legislatura: Estado plurinacional o nada

La jugada es clara. Con el PSOE tocado por el escándalo y pendiente del apoyo abertzale para sostenerse, Otegi no oculta sus cartas: “Lo que pedimos ahora es una reforma territorial profunda; España debe avanzar hacia un modelo plurinacional”. Para entender lo que esto implica basta con repasar las reivindicaciones clásicas del nacionalismo vasco: reconocimiento formal de Euskadi como nación, blindaje competencial, autogobierno fiscal ampliado y más presencia internacional.

La exigencia llega en un momento crítico:

  • El Gobierno necesita a Bildu para sacar adelante cualquier iniciativa relevante.
  • La oposición acusa a Sánchez de estar «rehén» del independentismo.
  • Las encuestas reflejan desgaste entre los votantes socialistas por los pactos con fuerzas soberanistas.

Todo ello mientras el caso Koldo sigue desgastando la imagen pública del Ejecutivo y erosiona su autoridad moral para negociar desde posiciones firmes.

El efecto Cerdán: ¿aliado incómodo o interlocutor imprescindible?

En este teatro político, Santos Cerdán emerge como figura clave. Otegi no duda en calificarle como “el interlocutor más importante” entre Bildu y PSOE en los últimos años. Su papel trasciende lo anecdótico: fue él quien consolidó la interlocución directa entre Ferraz y la izquierda abertzale cuando las mayorías parlamentarias pendían de un hilo.

La relevancia de Navarra no es menor. Tanto Bildu como PSOE saben que controlar ese territorio es fundamental para su estrategia nacional. De ahí la insistencia abertzale en abrir vías directas con los socialistas navarros y aprovechar cualquier resquicio para aumentar su influencia institucional.

Radiografía política actual

El pulso abierto por Otegi deja varias certezas sobre el tablero español:

  • El Gobierno central está más condicionado que nunca por sus socios periféricos.
  • EH Bildu se consolida como socio determinante, capaz de poner precio a cada voto.
  • El debate sobre el modelo territorial vuelve al centro del debate político, desplazando otras urgencias coyunturales.
  • La corrupción sigue siendo moneda de cambio (y chantaje) en las negociaciones políticas nacionales.

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