Lo asombroso, por lo que tiene de cobarde, es el silencio atronador de la paisana.
hace pucheros, pone mala cara, tuerce el gesto y resopla, pero entrar a matar no.
Tiene todavía Susana Díaz mucho miedo a Pedro Sánchez y se nota.
La política española se despierta, una vez más, con el aroma inconfundible del escándalo.
Las primarias del PSOE andaluz de 2021, que encumbraron a Juan Espadas y hundieron la carrera política de Susana Díaz, se confirman ahora como un caso paradigmático de “pucherazo” moderno.
Las recientes revelaciones ponen nombres y apellidos a los responsables: Santos Cerdán y José Luis Ábalos, ambos actualmente fuera de la dirección socialista y arrastrando investigaciones judiciales por otros motivos nada edificantes.
Según se ha destapado, la dirección federal del PSOE, bajo mandato expreso del marido de Begoña, ordenó a sus lugartenientes hacer “lo que fuese necesario” para tumbar al ‘susanismo’ y asegurar la victoria del candidato oficialista.
El método no fue precisamente sutil: inflar el censo electoral con empleados municipales y familiares, captar voluntades mediante presiones, y hasta prometer cargos repetidos —dicen que Ábalos llegó a ofrecer el mismo puesto a diez personas distintas, lo que, visto el resultado, parece que no era precisamente una promesa vacía—.
No faltó tampoco la picaresca hispánica: más de 800 votos bajo sospecha, listas de afiliados que crecían milagrosamente en cuestión de días gracias a la incorporación masiva de trabajadores de la empresa pública de limpieza de Sevilla, y decenas de denuncias internas que fueron olímpicamente ignoradas primero por Ábalos y después por su sucesor, Santos Cerdán. A estas alturas, casi parece más fácil encontrar una urna limpia en un colegio electoral búlgaro que en aquellas primarias socialistas.
Dice Susana Díaz (siendo Presidenta de la Junta impidió que se reclamaran los millones de los ERE): "me avergüenza haber compartido militancia con ellos" (Cerdán).
No se avergüenza de Chaves ni de Griñán.Socialistas. Sectarios hasta en sus vergüenzas.https://t.co/tsQ7KbgRfK
— Iterbio (@fijoquesi1) July 4, 2025
El largo silencio de Susana Díaz
Quien debería haber sido la voz principal en denunciar el atropello —la propia Susana Díaz— se mantiene en un silencio tan atronador como revelador. La ex presidenta andaluza, derrotada en aquellas primarias pese a partir como favorita, ha declarado apenas que aquello “todavía me remueve”, pero ha declinado valorar públicamente los hechos. Dicen que el tiempo todo lo cura, aunque algunos episodios políticos parecen provocar úlceras crónicas.
Resulta llamativo este mutismo cuando se compara con sus declaraciones pasadas, en las que no dudaba en arremeter contra Santos Cerdán por su papel como ejecutor del sanchismo dentro del aparato del partido. Ahora, sin embargo, ni está ni se la espera. Quizá porque recordar aquellas semanas equivale a revivir cómo le arrebataron su reino andaluz a golpe de censo inflado y promesas imposibles.
La arquitectura del amaño: nombres propios y métodos
La operación fue orquestada desde Ferraz con una precisión digna de un thriller político. Además de Ábalos y Cerdán —este último hoy durmiendo entre rejas en Soto del Real— participaron otros pesos pesados como Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (premiado después con la Secretaría de Política Municipal) y Paco Salazar, fontanero mayor del sanchismo aún presente en la ejecutiva federal.
- Los afines a Sánchez hincharon el censo con trabajadores municipales —especialmente del servicio público de limpieza sevillano— para inclinar la balanza hacia Espadas.
- Se detectaron incrementos súbitos e injustificados en las listas de afiliados justo antes de la votación.
- Las denuncias internas sobre irregularidades y “afiliaciones exprés” fueron sistemáticamente ninguneadas por los responsables nacionales del partido.
No faltó tampoco una cierta generosidad verbal: Ábalos habría prometido el mismo puesto directivo hasta a diez personas diferentes. Una especie de “multiplica tu cargo” digno del mejor ilusionista político.
Consecuencias políticas e impacto interno
El escándalo ha reabierto viejas heridas dentro del PSOE andaluz —y también entre quienes aún creen en las virtudes democráticas dentro de los partidos—. Muchos militantes veteranos reconocen ahora que aquel proceso forzó numerosas bajas voluntarias y alimentó un clima interno irrespirable. La legitimidad del triunfo estratégico que supuso enterrar al ‘susanismo’ queda más tocada si cabe tras conocerse estos detalles.
En Ferraz prefieren mirar para otro lado. Mientras tanto, algunos protagonistas directos afrontan procesos judiciales por otras cuestiones relacionadas con mordidas y adjudicaciones públicas. El caso revela hasta qué punto los métodos poco ortodoxos pueden volverse boomerang cuando cambian los vientos internos.
Claves numéricas del escándalo
Elemento clave | Detalle destacado |
---|---|
Votos bajo sospecha | Más de 800 |
% obtenido por Espadas | 55% |
Incremento súbito afiliados | Trabajadores limpieza Sevilla |
Promesas duplicadas (Ábalos) | Hasta 10 personas mismo cargo |
Denuncias internas ignoradas | Decenas |
Curiosidades y datos llamativos
- Santos Cerdán pasó rápidamente a sustituir a Ábalos como secretario de Organización apenas un mes después del proceso; ambos están actualmente apartados e investigados.
- Tras ayudar a laminar el ‘susanismo’, Gómez de Celis fue recompensado con un ascenso interno.
- El mutismo actual de Susana Díaz contrasta con su vehemencia pasada; quizá esté esperando mejores tiempos… o simplemente quiere olvidar aquel episodio.
- La práctica de hinchar censos con empleados públicos no es exclusiva del PSOE andaluz: es una técnica vieja como el clientelismo patrio.
En definitiva, si alguna vez se filma una serie sobre las intrigas políticas españolas, este episodio tendría asegurado un capítulo entero: pucherazos, silencios incómodos… y promesas para todos los gustos.