Los antidisturbios de los Mossos han cargado contra los alborotadores y ha disparado salvas para evitar que algunos manifestantes, que les arrojaban objetos, rebasaran el cordón policial
A fondo de verdad, no se han empleado los Mossos, pero está vez no han hecho el panoli y han cumplido con su obligación de mantener el orden.
Al menos 100 personas han resultado heridas leves por las cargas de los Mossos d’Esquadra frente a la Delegación del Gobierno en Cataluña, donde centenares de independentistas trataban de desbordar el cordón policial en protesta por la detención del fugado expresident catalán Carles Puigdemont. 23 de los heridos son agentes de los Mossos
Los Mossos d’Esquadra sólo han detenido a 9 violentos independentistas por los incidentes. Entre ellos a un compañero del cuerpo, que mezclado con los revoltosos les tiraba piedras.
Algunos manifestantes han lanzando huevos, latas, algún bote de humo y pintura amarilla contra los agentes antidisturbios, que han efectuado algunas cargas y han disparado salvas para defender el perímetro de seguridad.
Els manifestants obliguen els @mossos a recular. Llencen ampolles i contenidors pic.twitter.com/OyLlmZRHSR
— SER CATALUNYA (@SERCatalunya) 25 de marzo de 2018
La captura de Puigdemont en Alemania, la alta de probabilidad de que sea extraditado a España para responder por sus delitos y sobre todo la facilidad con los agentes del CNI han hecho caer en la ‘trampa‘ al prófugo, ha desquiciado a los independentistas catalanes, que ahora piden a Angela Merkel que incumpla la ley ( El prófugo Puigdemont cayó como un ‘conejo’ en la trampa que le tendió el CNI).
Los Comités de Defensa de la República (CDR) convocaron este domingo 25 de marzo de 2018, tras la detención de Puigdemont en Alemania, a miles de personas en la rambla de Canaletes en la que fue casi el colofón de una larga tarde de movilizaciones. También llamaron a manifestarse frente a la sede del Parlamento Europeo en Barcelona.
«Libertad presos políticos», «Es Puigdemont, nuestro presidente» o «Esta Europa es una vergüenza» son algunas de las consignas coreadas para denunciar la situación de los consejeros y diputados encausados por golpismo y del expresidente cesado tras la aplicación del artículo por 155 de la Constitución española.
PUIGDEMONT DUERME YA EN LA CÁRCEL
Está previsto que Puigdemont comparezca este lunes 26 de marzo ante un juez alemán, que simplemente verificará su identidad.
«Estamos solo al comienzo de nuestra investigación».
La corte analizará el caso «de acuerdo con los documentos que presenten las autoridades españolas que deben contemplar las razones para la extradición y la legalidad de la entrega».
La base legal aplicable en este caso son los procedimientos de entrega entre estados Miembros relativos a la orden de detención europea.
En Alemania, la media de duración del procedimiento de la euroorden es de 15,15 días para los casos en los que el detenido acepte la entrega y de 41,74 días cuando se oponga a ella, según las últimas cifras que aporta la Comisión europea relativas a 2015. El tope legal es de 60 días prorrogables a 90.
Esos mismos datos indican que ese año Alemania detuvo a 1.635 personas y que de ellos, 1.283 fueron entregados al país que emitió la orden europea de detención.
La policía carga en Barcelona. Los furgones arremeten contra los manifestantes con velocidad pic.twitter.com/YCBG2W6MKj
— Enric Botella (@enricbotella) 25 de marzo de 2018
El detenido debera comparecer otra vez ante el juez en 24 horas, tras las cuales se decidirá si Puigdemont continúa detenido mientras se procesa la orden de extradición. Después, será el tribunal superior regional de Schleswig Holstein, al norte de Alemania, el competente para decidir sobre la entrega.
El artículo 81 del código penal alemán establece la pena máxima y a partir de diez años para «quien intente con violencia o bajo amenaza de violencia perjudicar la continuación de la existencia de la República Federal alemana o cambar el orden constitucional, basado en la Constitución alemana».
Más adelante, el artículo 83 fija penas de entre uno y diez años para la «preparación de una operación de alta traición».
A la luz de estas normas, más duras incluso que las españolas, parece evidente que la detención este domingo de Puigdemont en un pueblo del norte de Alemania, tras cruzar la frontera danesa a donde llegó procedente de Finlandia, complica notablemente el horizonte judicial del golpista expresidente catalán.
