UN SOBRECOSTE DE HASTA EL 760% CON RESPECTO AL PRECIO DE FÁBRICA Y UN 350% SI SE LE HUBIESE COMPRADO A LAS EMPRESAS DISTRIBUIDORAS

¿Corrupción? El Gobierno Sánchez pagó 26 euros por test fallido cuando su precio era solo de tres

Francisco Rosell, director de El Mundo: " Cuando el Ejecutivo ha querido hacer las compras ya en el proceso de la cuarentena, ha llegado tarde, mal y recurriendo a intermediarios que están siendo una absoluta fuente de corrupción"

¿Corrupción? El Gobierno Sánchez pagó 26 euros por test fallido cuando su precio era solo de tres
Pedro Sánchez y un test de coronavirus.

Nadie da duros a peseta, eso es de cajón.

Y lo mismo vale cuando el Ejecutivo de Pedro Sánchez está pagando por unos tests, además fallidos, hasta nueve veces su valor de fábrica o, en el mejor de los casos, cuatro veces si lo hiciera a alguna de las empresas que le adquirido esas pruebas para detectar el coronavirus.

Porque lo que cuenta este 23 de abril de 2020 el periodista de investigación Javier Chicote en las páginas de ABC es de una gravedad supina y además por partida doble.

No solo es que al Gobierno socialcomunista le hayan tomado el pelo con una pruebas menos fiables que la de la rana, sino que encima ha pagado un sobrecoste en torno al 350%.

Obviamente, se empieza a tirar del hilo cuando se destapa el pastel de que al Gobierno de España, supuestamente, le habían poco menos que timado y ‘obligado’ a tirar a la basura más de 17 millones de euros por la adquisición de unas pruebas que fallaban más que un petardo mojado.

La empresa beneficiaria de la elección gubernamental había sido Interpharma para el suministro de unos 659.000 tests.

Sin embargo algo no cuadraba. Resulta que en origen el propio fabricante puso esos tests al precio de tres euros, las empresas comercializadores en España lo tienen a siete euros y alguien en el gabinete de Pedro Sánchez considera que el negocio redondo es pagar por los mismos 26 euros.

De hecho, según un distribuidor con el que contactó Javier Chicote, deja bien a las claras que en la decisión del Gobierno hay gato encerrado:

¿Que han pagado a 26 euros los test rápidos? Ese precio es para que alguien se forre. El test en fábrica no supera los tres euros, y yo he comprado 30.000, no cientos de miles. Con los impuestos, el porte –que cada vez es más caro– y nuestro beneficio, los vendemos en España a siete euros.

Y no es la única empresa distribuidora que insinúa que lo que ha hecho el departamento de Sanidad no tiene la menor lógica. Esto es lo que manifiesta otra empresa distribuidora radicada en Cataluña:

Se trata de un precio fuera de mercado. Los ofrecimos a 15 euros la unidad y regalamos una máquina por cada paquete de 2.000 test. Si lo prefieren sin máquina, los vendemos a 13 euros la unidad. Solo había que probarlos en España para ver que funcionan perfectamente, y la lectura con la máquina es exacta.

Por su parte, el director de El Mundo, Francisco Rosell, en declaraciones a ‘El Cascabel’ (13TV), tiene claro que la demora del Gobierno en afrontar con garantías la pandemia le ha hecho recurrir a estrategias erróneas y ponerse en manos muy poco fiables:

El hecho de que España sea el país del mundo en el que el porcentaje de muertos con relación al número de habitantes sea el mayor es una responsabilidad directa del Gobierno que incluso ha desacreditado un sistema sanitario extraordinario como tenemos en este país porque no tomó las medidas adecuadas y no se le dio el material sanitario correspondiente a los profesionales. Cuando el Ejecutivo ha querido hacer las compras ya en el proceso de la cuarentena, ha llegado tarde, mal y recurriendo a intermediarios que están siendo una absoluta fuente de corrupción.

EXCUSAS DE MAL PAGADOR DE SANIDAD

El Ministerio de Salvador Illa, viendo el escándalo que se estaba montando a cuenta del sobrecoste en los tests del coronavirus, se intentó parapetar en unas excusas pobres, propias de un mal pagador:

Todos los países intentaron comprar material sanitario en las mismas fechas en un mismo mercado, el asiático y España se puso en contacto con todos los posibles proveedores nacionales, atendió las ofertas que llegaron al ministerio y se activaron las gestiones para la compra de material sanitario en el extranjero.

En el caso de Interpharma, ofreció la posibilidad de importar test rápidos y se llegó a un acuerdo de suministro condicionado a su validación por parte de las autoridades sanitarias españolas, una vez el material estuviera en España, tal y como se hizo, además de presentar la licencia de exportación y otros certificados.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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