Haced lo que diga, no lo que haga.
Esa es la peculiar divisa con la que se maneja Unidas Podemos, especialmente desde que llegase al poder en el Gobierno de España en enero de 2020.
Sus principios, supuestamente innegociables, trocan en otros muy diferentes como haría el genial Groucho Marx para adecuarlos a su particular realidad.
Sin embargo, por mucho que el cantor pretenda adaptar la letra a su entero capricho, la naturaleza de las cosas no cambia.
Y puede, por ejemplo, presumir la señora ministra de Igualdad del Ejecutivo socialcomunista, Irene Montero, de una Ley de libertades sexuales y esgrimir con puño de hierro que las niñas, las jóvenes y las mujeres adultas cuentan con un sólido armazón legal para defenderse de las agresiones sexuales machistas, pero el problema es que luego, cuando en una comunidad como Baleares sale a relucir un caso de acoso a menores tuteladas, entonces se silba y se mira hacia otro lado.
Eso sí, sobre el papel y en los discursos las intenciones de Irene Montero quedan fetén:
Hay que ayudar a que ese discurso tan poderoso contra las violencias machistas penetre en los cuerpos de las mujeres, que las mujeres se sientan reconocidas, no solamente en que puedan identificar violencias que puedan estar sufriendo y de las que antes no eran conscientes, sino también de confianza en que las instituciones pueden ser un punto de ayuda, pueden ser una puerta. Abrir puertas y que esas puertas sean seguras para dar respuesta a las situaciones de violencia y para acompañar el proceso de reparación y de búsqueda de unas vidas dignas.
Con la Ley de Libertades Sexuales afrontamos el reto de conseguir que todas las mujeres sepan e interioricen que hay puertas seguras en las instituciones para dar respuesta a las violencias machistas y ofrecerles un futuro digno. #Seminarios25N pic.twitter.com/86eq4F8TQK
— Irene Montero (@IreneMontero) November 5, 2020
Con la Ley de Libertades Sexuales afrontamos el reto de conseguir que todas las mujeres sepan e interioricen que hay puertas seguras en las instituciones para dar respuesta a las violencias machistas y ofrecerles un futuro digno. #Seminarios25N pic.twitter.com/86eq4F8TQK
— Irene Montero (@IreneMontero) November 5, 2020
El problema llega cuando hay que pasar de la teoría a la práctica.
Además, en el caso de Baleares ya se es reincidente por parte de Unidas Podemos, puesto que no es la primera vez que se esconde el caso de los abusos contra jóvenes tuteladas.
Ahí los morados ahuecan con toda la habilidad del planeta el ala y se niegan resueltamente a investigar unos hechos más que acreditados.
Justo a finales de octubre de 2020 en el pleno del Parlamento balear, la oposición exigía la constitución de una comisión de investigación para esclarecer los hechos denunciados en los centros tutelados.
Sin embargo, el Gobierno de la socialista Francina Armengol, más preocupada por divertirse hasta altas horas de la noche en un local de copas hasta altas horas de la noche, aprobó, junto con sus socios de Més y Unidas Podemos, desestimar esa comisión y constituir un desincentivador organismo que se encargue de la investigación.
Dicho en plata, un nuevo palo en la rueda para que no prosigan adelante las pesquisas y, de paso, para no estropear a Irene Montero la ‘preciosa’ foto de su ley de libertades sexuales.