Un plan integral contra la democracia.

Ministerio de la Verdad: el siniestro plan del Gobierno PSOE-Podemos contra el periodismo y la libertad

No sólo quieren silenciar a los medios críticos, sino que pretenden inocular el virus de su sectarismo en las aulas

Ministerio de la Verdad: el siniestro plan del Gobierno PSOE-Podemos contra el periodismo y la libertad

Lo más descarado, porque Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y compinches no se cortan un pelo, es designen para pilotar esa ‘comisión de la verdad’ a subalternos de postín que trabajan en el aparato de propaganda de la Moncloa.

Va tomando cuerpo el siniestro «plan contra la desinformación» del Gobierno socialcomunista, obsesionado en «examinar la libertad y el pluralismo de los medios de comunicación».

Bajo la excusa  de la «alfabetización mediática», el Ejecutivo dispondrá de manos libres para decidir qué es noticia y qué no lo es. Hasta tal punto ha llegado el delirio censor del Gobierno que, para «fomentar la responsabilidad informativa y la ciudadanía crítica frente a las ‘fake news’», Podemos pretende llevar a todas las fases del sistema educativo cursos de formación  para»impulsar una audiencia activa, crítica y participativa en unos medios de comunicación plurales».

O sea, esta gente va en serio: no sólo quieren silenciar a los medios críticos, sino que pretenden inocular el virus de su sectarismo en las aulas.

El partido de Iglesias nunca ha ocultado que modelar la audiencia es una de sus ambiciones. En suma, su proyecto es de largo alcance. Busca garantizarse el apoyo de las generaciones futuras por la vía del adoctrinamiento puro y duro en los colegios.

Moncloa ha justificado su pretensión de poner coto a los medios digitales con el argumento de que  «es imprescindible establecer medios de funcionamiento y mecanismos dirigidos a evaluar de manera continua el fenómeno de la desinformación a nivel global y particularmente para España». Pero la composición del equipo censor del Ejecutivo no admite dudas sobre la intención última del plan.

Serán el jefe del Gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo, y el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, quienes piloten el proyecto. Y contarán con el apoyo externo de grupos de expertos que elegirán de forma discrecional y cuyos nombres permanecerán en el anonimato.

Para controlar a los medios ya están los tribunales de Justicia, que en un Estado de Derecho son quienes imponen límites y sancionan en caso de traspasar la ley, pero en España, además, existen organismos independientes cuya misión es velar por el «autocontrol deontológico interno» de la profesión periodística: la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo, que preside Rafael Mendizábal, que fue durante nueve años magistrado del Tribunal Constitucional, es un claro ejemplo.

Su objetivo es «fomentar el periodismo ético desde la autorregulación independiente y responsable, a través de la mediación y el entendimiento». De modo que Sánchez no tiene excusa alguna para justificar su «plan contra la desinformación».

Existen los tribunales y existen organismos independientes que velan por la deontología profesional. Y lo que sobra es un Gobierno que pretende amordazar a la prensa que no le baila el agua. Suma y sigue: tras los jueces, ahora les toca a los medios de comunicación.

Todo un plan integral contra la democracia.

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