Carlos Valle Plaza
Granada
Señor director: En el día de ayer, podía leer en su diario la noticia sobre
la regulación de las enseñanzas religiosas en el sistema educativo español.
Como se publicaba, en los centros educativos se va a impartir de manera
voluntaria (como siempre lo ha sido) y evaluable la Religión confesional o
historia de las Religiones.
Pero aquellos alumnos que no elijan una de estas opciones podrán escoger otra opción llamada: atención educativa. El problema viene en que no se sabe exactamente en que consiste esta tercera posibilidad: refuerzo en otras materias, patio, Internet … todo este supone una discriminación positiva hacia los alumnos matriculados en las dos primeras opciones.
Por otro lado, en secundaria se reducen el número de horas dedicadas a la asignatura de Religión, con lo que supone el despido de miles de docentes en España, pues el profesor de Religión a diferencia de sus compañeros, solo puede impartir esta asignatura y no completar su
horario con otras materias. A mi juicio y después de la famosa frase de ZP: «menos Religión y más gimnasia», los profesores de Religión podemos estar medianamente contentos con este acuerdo, que por un lado ha contentado al ala más laicista del PSOE y por otro lado ha tenido en cuenta el alto porcentaje de alumnos que año tras año, a modo de referéndum, se matriculan
en Religión.
