No se trata de resolver ninguna dicotomía.
Entre Arnaldo Otegi y Pedro Sánchez, el columnista Alfonso Ussía tiene claro que no se queda con ninguno de los dos.
Escribe este 21 de octubre de 2021 en su articulo en El Debate sobre las sensaciones que le transmiten ambos personajes.
Del primero tiene claro que se trata de un «repugante etarra» y del segundo su concepción es también contundente, que es un «gran mentiroso».
Ussía no se tragó ni una sola coma de la comparecencia de atrezzo del líder de EH Bildu en los exteriores del Palacio de Ayete (San Sebastián):
El repugnante terrorista se vistió de gala y habló en los jardines del Palacio de Ayete. El repugnante terrorista fingió un arrepentimiento vacilante y falso. Primero dijo que habían hecho –la ETA–, lo que tenían que hacer, pero que no obstante, se arrepentía del dolor de las víctimas. De las víctimas familiares, que no de los asesinados, libres de dolores y tristezas.
Remarca que ni siquiera Sánchez se creyó esas palabras, pero obviamente, con los Presupuestos Generales del Estado para 2022 en juego, había que intentar agarrarse a las mismas como si fueran una tabla de salvación:
Nadie, ni Sánchez como es obvio, se creyó esas débiles palabras de falso arrepentimiento. Había que vestir a la mona de seda para que muchos de los votantes del PSOE justificaran su villanía electoral y calmaran sus conciencias. Hay que aprobar los presupuestos y Bildu, por boca de Otegi, se ha mostrado arrepentido y ha pedido un perdón mínimo, nauseabundo y cínico, pero al fin y al cabo ha pedido perdón y eso demuestra que nuestro Sánchez le ha convencido para que tome la senda de la excusa.
Sin embargo, Otegi dejó en paños menores al presidente del Gobierno al filtrarse un vídeo demoledor en el que mostraba su verdadera cara:
Ocho horas más tarde, el repugnante terrorista se había disfrazado de nuevo de terrorista, con su chupa y su camiseta negra, sus playeras y sus vaqueros. Esta vez se reunía con sus compañeros de partido, con sus viejos compañeros de Herri Batasuna, con sus entrañables compañeros de la ETA. Y el repugnante terrorista no se figuró que estaba siendo grabado. «Tenemos a doscientos presos en la cárcel, y si para sacarlos de las prisiones hay que votar a favor de los presupuestos, pues votamos». Después desnudó al mentiroso.
Obviamente, la oposición conformada por PP y VOX cuestionaron al presidente del Gobierno por las palabras de Otegi. Ussía describe con precisión el mal trago que supuso para Sánchez tanto ese vídeo como tener que dar respuesta a Casado y a Abascal:
El gran mentiroso, que ya no engaña a nadie, imitando a Gary Cooper en ‘Solo ante el Peligro‘, se incorporó de su escaño, que por contagio también es un escaño mentiroso, y respondió con insegura seguridad: «Mi respuesta a su pregunta es un ‘No’ rotundo». Pero la delincuencia secreta de los pactos con los herederos de la ETA no encontró a tiempo su escondite. Estaba claro que a cambio del voto afirmativo de los etarras, Sánchez se había comprometido a vaciar las cárceles de terroristas.
El escritor sentenció con lo que, a buen seguro, hubiesen sido palabras que habría hecho suyas el propio Otegi:
El repugnante terrorista dejó claro un mensaje que no se atrevió a proclamar. «Gracias a nosotros, la ETA, tendremos a Sánchez, el que nos conviene a los terroristas, gobernando en España seis años más». Así de claro.