Los lunes, revista de prensa y red

“Otras consideraciones (sobre Aznar)”, de Aleix Vidal-Quadras, y “La reacción”, de Fernando Sánchez Dragó

( Viñeta de Miki y Duarte en Diario de Sevilla el pasado día 21 de diciembre) (*)

OTRAS CONSIDERACIONES (SOBRE AZNAR)

Artículo de Aleix Vidal-Quadras publicado en La Gaceta el pasado día 22 de diciembre

En la escueta carta en la que Aznar oficializa por escrito lo que previamente había comunicado a Mariano Rajoy por teléfono, su renuncia a la Presidencia de Honor del Partido Popular, hay un párrafo rebosante de recuerdos y presagios. Son las líneas en las que dice que no desea alargar en exceso su misiva con “otras consideraciones”. Aznar lleva tiempo desde su atalaya de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales haciendo “otras consideraciones” porque constata con irritación que su legado se está malogrando en manos de su sucesor y que el PP rajoyita y sorayesco ha desnaturalizado el gran proyecto liberal-conservador que él forjó desde que fue designado por Manuel Fraga para tal fin en 1989. No cabe duda de que el ex-Presidente del Gobierno acierta en sus críticas y que el PP actual es una organización carente de alma conceptual y de pasión ética, una fría máquina de conquista, preservación, aprovechamiento y ejercicio del poder, ideológicamente deshuesada, sosamente pragmática y parsimoniosamente adaptativa, cuyo único horizonte es ir sobreviviendo sin otra ambición que cumplir desganadamente las instrucciones que llegan de Bruselas y capear las dificultades propias de un Ejecutivo en minoría mediante arreglos y parches coyunturales.

Si el general de Gaulle definió la política como “la acción al servicio de una idea fuerte y sencilla”, es obvio que un liderazgo inclinado genéticamente a la inacción y desprovisto de interés por las ideas, está lejos de cumplir las expectativas que Aznar puso en su heredero hace ahora doce años.

Sin embargo, los planteamientos del Aznar de hoy por bien fundamentados que estén, tienen un punto débil: los errores del Aznar de ayer durante su largo mandato, algunos de los cuales especialmente flagrantes ha señalado recientemente Xavier Vidal-Folch desde una perspectiva de izquierdas, aunque también hay otros que se podrían poner de relieve desde una óptica de centro-derecha. Si el Presidente de FAES desea dotar de credibilidad a su justa indignación actual por el desviacionismo de los que ahora administran el patrimonio que el acumuló con innegable mérito, debe acompañar su duro juicio a otros de una exigente autocrítica, de lo contrario los reproches que siempre desata el que ataca en el atacado pueden ahogar la verdad de sus recriminaciones. En el nuevo Patronato de FAES no se han incluido voces capaces de cumplir esta necesaria tarea de examen retrospectivo objetivo y sin complacencias, lo que indica que lamentablemente no hay voluntad de enmendar el presente partiendo de una reflexión seria sobre el pasado.

Lo interesante de la situación abierta por esta cortante dimisión radica en las desconocidas por el momento intenciones del dimisionario de cara a los próximos meses y años. ¿Estamos ante el primer paso indispensable para la construcción de una opción política que llene el vacío creado en el espacio electoral de centro-derecha por la inanidad de los que teóricamente deberían representarlo? ¿O se trata simplemente de ocupar una posición más cómoda para pronunciamientos públicos estrictamente testimoniales y para un desempeño sin trabas en la esfera privada? Todo apunta a que la evolución de los acontecimientos dependerá del desenlace del conflicto con los independentistas catalanes. Si Rajoy claudica frente al separatismo y alcanza un acuerdo con Puigdemont que transforme a España de jure o de facto en un Estado plurinacional de corte confederal o se rinde bajo el embate de una declaración unilateral de independencia, es probable que Aznar salte a la palestra enarbolando el estandarte de la unidad nacional y de la igualdad de derechos de todos los españoles. Si tal calamidad no sucede, es posible que mantenga la espada en alto, pero sin descargar el mandoble.

Ojalá este gesto contundente de Aznar haga reaccionar al Presidente del Gobierno y acelere algo su pulso habitualmente lento evitando así males mayores. En cualquier caso, el panorama se presenta incierto y pase lo que pase nada puede salvar ya al sistema político e institucional nacido en 1978 de una reforma profunda que está todavía por definir y que según se formule puede poner a nuestro país en el camino del éxito o del fracaso. Por desgracia, la Historia como maestra de la vida no es una asignatura de moda entre nuestros responsables públicos. Y se nota.

Artículo en: http://gaceta.es/aleix-vidal-quadras/consideraciones-aznar-22122016-0729

LA REACCIÓN

Artículo de Fernando Sánchez Dragó publicado en El Mundo el pasado día 11 de diciembre

Si fundase ahora un periódico o un partido lo llamaría así: La Reacción. Hermosa palabra, que alude, según la Academia, a la actitud que se adopta como respuesta a un estímulo o a la acción que se opone a otra acción. Reaccionario es, por ello, quien condena o combate los cambios de índole política, social o moral, cualesquiera que éstos sean, pero el calificativo, sagazmente ideologizado por los filántropos de la guillotina, se convirtió en insulto durante la Revolución Francesa. Sus valedores llamaron así a quienes defendían el Antiguo Régimen y, desde entonces, tan arbitraria y sectaria manipulación -lo primero que hace el totalitarismo es corromper la semántica- se ha extendido por todo el orbe.

Quienes se las dan de progresistas la esgrimen como si fuese una cachiporra para calificar con ella, despectivamente, a cuantos no militan en sus filas. Se trata de un flatus vocis, de una vejiga de bufón que da bandazos en el vacío y se presta a paradojas. Tan reaccionarios serían, verbigracia, por poner dos ejemplos cercanos, los podemitas deseosos de que el capitalismo dé paso otra vez al comunismo como los secesionistas que no acatan la Constitución del 78. Fue nada menos que Newton quien formuló, en la tercera de sus leyes, el principio de acción y reacción. Hegel lo convirtió en el eje de su concepto de la dialéctica -palabra que en Aristóteles significaba diálogo o debate entablados para descubrir la verdad- tal como lo expuso en su Fenomenología del espíritu, que apareció en 1808. Cuarenta años después se apropiaría Marx de tan afilada herramienta filosófica para definir el capitalismo como tesis, el proletariado como antítesis y la sociedad comunista como síntesis.

Pero las cosas, desde la irrupción de internet (la Araña), la corrección política, el entreguismo y la euroislamización, han cambiado. El mundo sigue siendo bipolar, pero sus polos ya no son la derecha y la izquierda, ni el capitalismo y el socialismo, ni el liberalismo y el proteccionismo, ni la Razón y la Fe. El péndulo oscila ahora entre lo centrífugo (la globalización, la inmigración, el multiculturalismo, el plagio) y lo centrípeto (el soberanismo, la identidad, la homogeneidad, la tradición), pero el fiel de tal balanza se inclina hacia lo segundo. Tomen nota mis coetáneos de lo que ya ha venido -Putin, Orban, el Brexit, Trump- y de lo que está por venir… ¿Fillon, Le Pen, Hofer, Wilders? Et alii. No son la ultraderecha. Son -somos- la Reacción.

Artículo en: http://www.elmundo.es/opinion/2016/12/11/584c3b52e5fdea02538b466c.html


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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