Aguilar de Campoo, de actualidad

Por José María Arévalo

( Puerta de acceso a Aguilar de Campoo) (*)

Este año las Edades del Hombre se celebrarán en la villa palentina de Aguilar de Campoo, con lo que salen noticias todas las semanas sobre la fecha de apertura, las iglesias elegidas para la muestra, el título que va a llevar, etc. Pero también está de actualidad Aguilar de Campoo por otras noticias, como la presentación del libro de José María Pérez Peridis “Hasta una ruina puede ser esperanza”, editado por la Fundación Santa María la Real, entidad que se dedica a la catalogación, conservación, restauración y difusión del arte románico y que tiene su sede en este monasterio de Aguilar. El libro es el colofón al largo camino que ha hecho famosa a la Fundación, y -ha dicho Peridis- un homenaje al monasterio y al pueblo de Aguilar de Campoo y a Palencia. Además, este año la villa galletera celebra el quinto centenario de la llegada de Carlos V a la villa realenga tras su desembarco en España poco después de ser nombrado emperador.

Visité Aguilar de Campoo -que conocía de hace muchos años- la pasada primavera, en excursión del grupo de jubilados que me faltaba por comentar en estas páginas, cuando la presa que se eleva sobre la villa estaba a tope, todavía no la había afectado la pertinaz sequía. Nos encantó, así que ha llegado el momento de darle un repaso, de cara a celebrar su protagonismo y nuevas visitas. Empezamos por ver la famosa Cueva de los Franceses, a la que vale la pena acercarse en este trayecto.

Durante el periodo estival, momento de mayor afluencia turística, abre todos los días de la semana, con visitas cada hora, desde las 11, para observar las magníficas formaciones geológicas de diaclasas, simas o dolinas al precio de 3 euros; aunque es preciso reservar con antelación. La ubicación de la Cueva de los Franceses en el Espacio Natural de Covalagua, en el término municipal de Revilla de Pomar, convierte a esta cavidad de quinientos metros, recorridos por estalactitas, estalagmitas y coladas, en un punto turístico activo, donde se puede disfrutar de la naturaleza y de las características geológicas del norte palentino, además de su fauna y su flora. El apelativo de la cueva proviene de haber sido el último reposo de los restos de los combatientes que cayeron en un cruento enfrentamiento ocurrido en el Páramo de la Lora durante la Guerra de la Independencia (1808), entre las tropas francesas y un destacamento de soldados cántabros al mando del General Porlier.

( Nacimiento del rio Covalagua o Ivia, que generó la cueva de los Franceses y da nombre al valle y la zona de “La Valdivia”) (*)

Voy a seguir la crónica que publicó nuestro compañero Alberto Bustos en la revista de nuestra Asociación. A la salida de la cueva recorrimos con el autocar los escasos 2 km que nos separaban del Mirador de Valcabado, un balcón de unos 75 m de largo, construido sobrevolando una cortada de la falda del Valle de Valderredible, justo en la frontera entre las comunidades de Castilla y León y Cantabria. Las vistas hacia la Reserva Geológica de Las Loras y el valle, con una altura sobre su fondo de unos 800 metros, son absolutamente impresionantes. A continuación nos acercamos a ver el nacimiento del rio Covalagua o Ivia ( el que generó la cueva y da nombre al valle y la zona “La Valdivia”) , que como lo hace a una altura de unos 15 metros sobre el fondo del valle, genera una cascada, en la que se ha formado una toba calcárea muy particular, que produce que la caída del agua tenga varios recorridos. Bellísimo también.


( Cueva de Los Franceses) (*)

Y ya, hacia Aguilar de Campoo, cuya visita comenzamos con un paseo por el pueblo, empezando por la ribera de río Pisuerga en la zona del molino y su puente, luego por la puerta del Portazgo que forma parte de la muralla que aún se conserva, junto con otras cinco puertas más. Y después, subiendo un buen tramo hasta un cerro que domina la villa, nos acercamos a la Iglesia de santa Cecilia, restaurada en la década de los 60, actualmente sin culto. Es uno de los templos candidatos a acoger las Edades del Hombre, pero la larga subida que se requiere para llegar a él me hace dudar de que se utilice.

( Entrada a la Cueva de los Franceses y Mirador de Valcabado) (*)

Una inscripción en una lápida mencionada en un catálogo monumental alude a una supuesta fábrica original del siglo XI, que fue íntegramente reconstruida durante los siglos XII y XIII: entre los siglos XVI y XVIII se acometieron reformas que sustituyeron el ábside original. En la década de 1960 se encontraba en estado de ruina y fue felizmente restaurada. Conserva magníficos capiteles románicos, uno especialmente conservado, con la matanza de los inocentes.

( Entramos en Santa Cecilia, de Aguilar de Campoo) (*)

Regresamos al centro de la villa, hasta La Colegiata de San Miguel, mezcla de estilos, ya que empezó siendo un templo visigodo, del que no se conserva nada, para ser reconstruido en el siglo XI en románico, y en el XIV sufre una reforma ya en gótico; posteriormente se realizan múltiples modificaciones, hasta la última del siglo XVIII, por lo que nos encontramos también elementos renacentistas, barrocos y hasta herrerianos. Fue por intercesión de Juan Fernández Manrique de Lara, tercer marques de Aguilar, por lo que se le concedió el rango de Colegiata.

Destacan las capillas del Arcipreste de Fresno, también conocida como Capilla de los Pobres, porque era donde se enterraban a los pobres que morían en un hospital que estaba cercano, y la Capilla del Santo Cristo, donde se venera la imagen yacente del Cristo de Aguilar, de gran devoción en la villa y que, a decir de los vecinos, es muy milagrera. Cuenta con magníficos sepulcros, el de los propios marqueses de Aguilar y los del Arcipreste García González y del Canónigo Pablo González.

( Colegiata de San Miguel, en Aguilar de Campoo) (*)

Nos quedaron por ver – espero lo hagamos cuando vayamos a la Edades del Hombre- el monasterio de Santa María la Real, en el que ya hemos dicho tiene su sede la Fundación de su mismo nombre, y el Monasterio de Santa Clara, fundado en 1430 por el primer Marqués de Aguilar, en el que se puede visitar la capilla gótica, del siglo XIII, y el torno, ya que el resto del edificio es de clausura.

Aguilar de Campoo ostenta el titulo de Villa Realenga desde que Alfonso X El Sabio se lo concediera el 14 de mayo de 1255. Pasados más de dos siglos, el 25 de marzo de 1482, Los Reyes Católicos conceden el marquesado de Aguilar a favor de Los Manrique de Lara, siendo el I Marques de Aguilar Don Garci Fernández Manrique de Lara.

En cuanto a la historia mas reciente en los años 60 Aguilar de Campoo llego a contar con cinco fabricas de galletas por lo que es conocido como ”El pueblo de las galletas”. La villa mantiene en la actualidad uno de los mayores grupos agro-alimentarios del país, además de un sector turistico pujante que se beneficia de las bondades del territorio y del patrimonio natural y cultural del mismo. Fue declarada Conjunto Histórico Artístico el 20 de Enero de 1966.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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