Los lunes, revista de prensa y red

“Vox, populismo ‘ma non troppo’”, de Jorge del Palacio, y “La jauría humana”, de Pedro García Cuartango

( Viñeta de Tomás Serrano en El Español el pasado día 25 de marzo) (*)

VOX, POPULISMO ‘MA NON TROPPO’

Artículo de Jorge del Palacio publicado en El Mundo el pasado día 26 de marzo

Una de las paradojas del populismo español que encarnan Podemos y Vox es que ninguno hace bandera del mismo. Más allá de los debates académicos de fondo, el populismo puede identificarse con un discurso de abordaje al sistema que busca reordenar el tablero político fundando un nuevo antagonismo: pueblo contra anti pueblo. El principio rector de quienes adoptan este discurso, así sea de manera instrumental, es que el populismo se practica, pero no se explica. Porque en la opinión pública española el populismo no circula como sinónimo de regeneración democrática, sino como su perfecto contrario: la degeneración de la política. Esta ambigüedad fue expuesta con claridad por Íñigo Errejón en su libro de conversaciones con Chantal MouffeConstruir pueblo: «No podemos utilizar un término que el uso mediático ha convertido en maldito. Nadie que pueda tener alguna pretensión de ganar alguna vez puede aceptar una definición que en el imaginario colectivo signifique inmediatamente demagogia».

El caso de Vox no es distinto. En una entrevista concedida a 13TV antes de las elecciones andaluzas Santiago Abascal rechazaba la etiqueta «populista» afirmando que «no hemos venido a la política para hacer una encuesta, para ver qué es mayoritario y defender eso. Eso lo hacen los populistas de verdad». La refutación del populismo, sin embargo, ha sido compatible con mantener un discurso de crítica sistemática a los «burócratas europeos» las «oligarquías globalistas» y, en el plano nacional, dar aire a la antipolítica al diagnosticar que «un grupo reducido, cooptado y oligárquico de dirigentes de partido maneja a su arbitrio el Estado», como afirma en su manifiesto fundacional. Una retórica que se ajusta como un guante al discurso de los partidos europeos que sí se califican positivamente como nacional-populistas y cuyo apoyo Vox buscó activamente, incluyendo la promoción de sus vínculos con Steve Bannon, principal apóstol del populismo.

No obstante, jugar a fondo la carta del populismo implica desafiar la lógica política izquierda-derecha. Para el populista el pueblo y su voluntad son una por encima de barreras ideológicas artificiales. Así lo han entendido líderes como Marine Le Pen o Matteo Salvini, ambos capaces de remangarse y buscar el voto de la izquierda haciendo bandera del orden, la protección y la seguridad frente a las incertidumbres del mundo globalizado. Sin embargo, no esta tan claro que esta posición política, revolucionaria por su búsqueda activa de un nuevo consenso popular, sea el espejo en el que continúa mirándose Vox. Sobre todo porque el partido de Abascal parece encontrarse más cómodo en el registro del populismo conservador patrocinado por Orbán y el grupo de Visegrado. Donde encaja de forma natural tanto su discurso moral, económico y político, como la trayectoria de sus líderes y la lógica de selección de candidatos para el partido.

Se trata de una opción estratégica importante porque significa que Vox renuncia a dar vida a una nueva mayoría transversal, que compita o colabore contra el establishment con la izquierda populista, como en el caso del Frente Nacional o la Liga, restringiendo su espacio político a la derecha. Y permite, con ello, adivinar el objetivo final que se propone el partido de Abascal tras entrar al sistema a lomos de la retórica populista: sustituir progresivamente al PP explotando a fondo el diagnóstico que define al partido de Casado como traidor a la derecha, sus valores y sus principios.

Artículo en: http://www.elmundo.es/espana/2019/03/26/5c993926fc6c8355228b46c0.html

LA JAURÍA HUMANA
Artículo de Pedro García Cuartango publicado en ABC el pasado día 26 de marzo

El testimonio de los tenientes de la Guardia Civil evidenció el odio y la violencia de ciudadanos que se ampararon en el anonimato de la masa.

Los dos tenientes de la Guardia Civil que declararon ayer en el Supremo bien podrían haber hecho suya la frase del sheriff Calder cuando la multud se agolpa para linchar al preso que ha escapado de la cárcel: «Estoy harto de vivir aquí, estoy harto de este trabajo».

La escena pertenece a «La jauría humana», la película dirigida por Arthur Penn y protagonizada por Marlon Brando, que encarna el papel del jefe de policía de un pueblo de Texas en el que la frustración de sus habitantes acaba en un intento de linchamiento de un inocente.

«La jauría humana» se estrenó en 1966 y fue un fracaso de taquilla porque la sociedad americana rechazó el brutal retrato de unas gentes embrutecidas por el alcohol y la lujuria que, de repente, encuentran un chivo expiatorio para dar rienda suelta a su frustración.

Los cientos de personas que se aglomeran para intentar tomarse la justicia por su mano son padres de familia ejemplares, vecinos que acuden a los oficios religiosos y que pertenecen a asociaciones cívicas. Esos seres de vida anodina se convierten en fanáticos cuando un puñado de hombres les inocula el virus de la venganza, tal como muestra la película.

La pregunta que surge de las declaraciones de los dos oficiales de la Guardia Civil es por qué esos miles de manifestantes, convocados por ANC y Omnium, se comportaron aquel 20 de septiembre como una jauría humana que amenazaba, insultaba y lanzaba objetos contra la comitiva judicial que estaba dentro de la consejería de Economía.

«Nos habrían machacado si hubieramos intentado salir», afirmó uno de los tenientes, que describió el clima de violencia que había en la calle. Este agente señaló que fue Jordi Sànchez el que daba las órdenes en el exterior del edificio hasta el punto de que aseguró que los manifestantes no permitirían la salida de los agentes uniformados ni del material incautado. Esta declaración incomodó visiblemente al líder de ANC, sentado detrás de su defensor, al que le formulaba continuos comentarios. En un determinado momento, Sànchez exclamó en catalán: «¡Hijo de puta!», según la radio catalana RAC1.

Una frase que expresa la tensión que se vivió en el Palacio de las Salesas con frecuentes sonrisas y movimientos de cabeza de los abogados, intentando restar credibilidad al testimonio de los dos tenientes. Pese a estos esfuerzos, resulta difícil dudar de las versiones de estos agentes, que coinciden con la declaración de Montserrat del Toro, la letrada que encabezaba la comitiva judicial, que resaltó que sintió verdadero pánico y que tuvo que coger una baja médica después de aquella jornada.

Frente al espejo. Quienes se sientan en el banquillo se niegan a admitir el fanatismo intimidatorio de sus bases

Como en la película de Arthur Penn, las personas que se concentraron frente a la consejería eran padres de familia, ciudadanos ejemplares y vecinos implicados en el bienestar de su comunidad que se comportaron como energúmenos, en el seno de una masa incontrolada que llamaba «asesinos» a los agentes y que destrozó los vehículos de la Guardia Civil.

En aquel ambiente de fanatismo y de odio exacerbados, una chispa hubiera podido desencadenar una catástrofe porque, como muy bien escribe Elías Canetti, el individuo pierde su personalidad en la masa y se deja arrastrar por un movimiento irracional que se nutre de la energía que genera y se retroalimenta. Visto con perspectiva, lo grave de los sucesos de aquellos meses no fue la celebración de la consulta ni la declaración de independencia sino la dinámica que crearon esos líderes que llevó a esos ciudadanos aparentemente normales a sumirse en una estela de rencor e intolerancia.

Por eso, quienes se sientan en el banquillo admiten su responsabilidad en los actos políticos, aunque minimizan su trascendencia, pero niegan con vehemencia la incitación al odio y la violencia que han reflejado los testimonios en este juicio.

Fue Canetti el que dijo que en la masa desaparece el miedo a ser tocado porque en ella se disuelve la conciencia individual. Nada se entenderá de lo que sucedió en Cataluña sin leer a Canetti.

Artículo en: https://www.abc.es/espana/abci-jauria-humana-201903260326_noticia.html


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
http://farm8.staticflickr.com/7842/40504172343_31822c8828_b.jpg

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

Lo más leído