La Navidad en muchas casas de Valladolid

Por José María Arévalo

(Parte de la familia Cebrián-Gervas)

En vísperas de Reyes me ha parecido oportuno colgar un post que resume estas Navidades tan complicadas que hemos pasado. Yo he tenido la suerte de poder celebrarlas algunos días –contados con los dedos de una mano y me sobran- con mis nietos que se han alternado todos en mi casa, pero arriesgando algo, no mucho porque hemos cumplido casi todos los criterios fijados para las reuniones familiares en nuestra comunidad. Pero es verdad que algunos de mis amigos han podido tomar más precauciones, por ejemplo poniendo una mesa para cada unidad de convivencia y distanciadas las dos –máximo permitido- entre sí por al menos metro y medio, para lo que hace falta tener una casa mayor que la mía, y no es pequeña.  Otros, como el caso que ahora veremos, han tomado la decisión de no comer ni cenar estos días con sus hijos y nietos, lo que es más duro, como le ha ocurrido a mi amigo Fernando Gervas. Pero es que su experiencia ha sido mucho más dura que la mía, pues ha tenido varios hijos –de los nueve que tiene- contagiados;  lo contaba uno de ellos en una entrevista que le han hecho en Diario de Valladolid, de El Mundo, que se titulaba “La Navidad en casa de los 13 de Valladolid”, porque esta familia de hijos de mi amigo Fernando (la hija) y de otro amigo, José Luis (el hijo), se hicieron famosos al comienzo de la pandemia, como ahora recordaremos.

“Los Cebrián-Gervas -contaba Henar Martín el día de Navidad- afrontan estos días lejos de sus abuelos y parientes, pero con alegría e ilusión . Han organizado sesiones de meet y videoconferencias con sus familias para cantar villancicos y enseñarse los belenes”.

“Cada hogar –continuaba- vive estas navidades tan atípicas de una forma bien distinta. Hay algunas, que a pesar de la distancia social con familiares y allegados, sentirán el calor de sentirse más que acompañados. Es el caso del matrimonio Cebrián-Gervas, una familia con 11 hijos que se ganó el cariño de toda España durante pasado confinamiento, cuando se hizo famosa su historia tras haber padecido todos al mismo tiempo el Covid-19. Para ellos, la navidad es una fecha muy señalada en el calendario. Han transmitido a sus hijos sus profundas raíces cristianas heredadas por sus padres y abuelos. Si antes de la pandemia contaban con numerosas tradiciones familiares, este año la situación ha obligado a cambiar los planes.

Como a la mayoría, el coronavirus les ha trastocado la celebración del nacimiento de Jesús (la raíz más profunda de la Navidad según subraya Irene) alejados de su sus abuelos, tíos y nietos. “Echaremos de menos a todos los nuestros aunque hay que dar gracias a Dios porque estamos todos”, asegura la matriarca del clan familiar que asegura tener muy presentes a quienes han perdido a sus familiares por el Covid-19. «Les doy mi más sentido pésame. Rezamos por ellos».

Y aunque sientan añoranza de navidades pasadas, en su casa se sientan a la mesa nada menos que 13 bocas. Pero claro, teniendo en cuenta que en casa de los padres de Irene se juntaban un total de 10 hijos y 41 nietos, uno entiende que no están hechos para la ‘tranquilidad’ y el ‘sosiego’. «A los abuelos le ha costado mucho afrontar unas navidades así. Se lo hemos tenido que explicar mas de uno para que lo entendiera. Mi madre está acostumbrada a cocinar para muchos y en sus esquemas mentales le cuesta aceptarlo; creo que a la gente mayor le está resultando muy difícil», sostiene.

Una fiesta llena de sentido

Para estos días, Irene, enfermera de profesión, ha optado por simplificar la organización de las comidas. “Soy madre trabajadora y no tengo mucho tiempo. Procuro que estemos tranquilos estos días, disfrutar en familia. Les doy bula a los niños para que estén relajados y disfruten. Es un tiempo para dedicar a nuestros hijos en casa, mirarles y jugar un rato con ellos”. El lema para la cabeza de familia es disfrutar todo lo que se pueda durante estas fechas. “Somos una familia XXL, nuestras casas en navidad se convierten en una fiesta continua donde todo lo prohibido está permitido”, argumenta.

El caos habitual se suma al alboroto propio de la celebración navideña. Pero que nadie se agobie. “Tienen permiso para poner pelis encadenadas, cenar muchos dulces y sacar juguetes”, afirma al otro lado del teléfono a primera hora de la mañana antes de que la casa comience a ponerse en pie.

El 25 de diciembre es una fiesta llena de sentido para ellos. “Hoy es el cumpleaños del niño Jesús. Les he preparado un desayuno especial con una carta para cada uno de ellos en el que les digo los bueno que son”. Para ella hay que recuperar el auténtico sentimiento de la navidad. “Si ves que tus sentimientos se ven apagados por una situación de angustia, soledad o de pérdida de un ser querido, es Jesús el que puede recobrar el sentido de todo. Para mis hijos es fundamental que sepan vivir toda su vida con sentido”

Como madre de 11 vástagos, uno de sus consejos es que sepamos transmitirles alegría porque, según explica, las emociones tienen un efecto espejo “La cara que tenga yo es cómo van a estar mis hijos; si yo estoy contenta por ósmosis se lo transmitimos. Hay que hacer un esfuerzo por estar contentos y no transmitirles preocupación”, arguye.

Lo que más les divierte a los 11 niños de los Cebrián Gervas es poner el belén y adornar el árbol de navidad. “Mi belén parece Alepo, siempre nos faltan figuras o están rotas, y el árbol siempre está alborotado, cada día aparece de una manera distinta, el espumillón da varias vueltas como si fuera una bufanda, pero no importa”, dice con su entrañable cariño y sentido del humor.

Cantar villancicos

A pesar de no sentarse a celebrar las comidas con sus respectivas familias, han decidido cantar villancicos por meet y organizar videoconferencias para hablar y enseñarse sus respectivos belenes. “En mi casa una de las fechas sagradas tenia lugar el día 23, momento en el que mis padres organizaban una chocolatada con villancicos; mi madre decía que el que no cantaba no tenía merienda”, afirma con cariño.

Al igual que hacían los niños de la familia Trapp en Sonrisas y Lágrimas, las voces de los Cebrián Gervas se escuchan estos días en el salón de la casa y tiene previsto acercare a la casa de sus abuelos a cantar desde la calle.

Otro de los momentos más importantes es la de la mañana del día de Reyes. El 6 de enero se juntan todos puntuales a las 9:30 de la mañana en la casa familiar de los abuelos para darse los regalos. “Mi casa ese día se convierte en un Justo Muñoz a lo bestia. Cada uno recibe un regalo. Se lo realiza su padrino y así mis padres no tienen que hacer ese gasto”, comenta.

Para el día de Nochevieja tienen previsto hacer pizzas que acompañarán con helado de postre. Y en Año Nuevo la idea es ir a pasar el día al campo a comer unos bocadillos. “En mi casa teníamos de costumbre ir a una finca que tienen mis padres en Simancas, con un termo de sopa y unos bocatas. Solíamos hacer concurso de canapés y alguno traía un crucigrama con preguntas específicas de la familia. Siempre había mucha fiesta”, ilustra. Ideas sencillas, pero llenas de calor familiar. “Todo lo que sea estar juntos con la gente te llena mas que lo material”.

Sencillez, sentimiento familiar profundo y alegría son las notas de esta familia que se ha ganado el corazón de la gente. Un pequeño portal de belén viviente se vive en casa de los Cebrián Gervas de Valladolid.”

Lo leo y comparo con mi familia, la de mis padres, la mía y la de casi todos mis hijos (alguna excepción tengo) y no veo más diferencia que en vez de cinco –que fuimos los hermanos y mis hijos- o tres o siete –que son las de algunos de mis hijos- lo demás es igual, consecuencia de nuestra formación cristiana. Unas navidades alegres, a veces en medio de la dificultad –como han sido estas-, incluso en el sufrimiento.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

Lo más leído