Entre torpes y listillos

Por Javier Pardo de Santayana

(Viñeta de Idígoras en el diario Sur el pasado día 21)

Curiosa forma de intentar poner en jaque a tu vecino la de demostrar al mundo entero tu incapacidad para proporcionar una vida decente a las familias que de tu voluntad dependen. Que esto es lo que estamos viendo una vez más en nuestros días con la ridícula “invasión” de Ceuta y de Melilla. Y lo que es peor, nadie que conozca el percal se asombrará demasiado de que ocurran cosas como éstas. Pero basta con ver a los “pobrecitos” inmigrantes para constatar que se trata más bien de muchachos jóvenes e incluso niños enviados para molestar a España y hacer el gesto de que aspiran a que las dos ciudades acaben siendo suyas. Lo cual no exime de la penosa impresión de desacreditar a  quien se encuentra al frente de los destinos del país vecino.

Y eso sí que es retratarse, porque uno se pregunta a quién se le ocurre hacer lo que está haciendo en estos tiempos de preocupación social, tan puntillosa en todo aquello que se refiere a lo derechos de la juventud y de la infancia… Pues lo que acaba de hacer quien de esa forma actúa consiste en algo considerado inaceptable, como es al abandono de los niños, hoy puestos hasta en peligro de ahogamiento como muestra del poquísimo respeto que merecen los súbditos más débiles. Y no deja de ser extraño que en vez de sentirse avergonzados por no haber sido capaces de  asegurarles una vida digna, quienes les lanzan al vacío se hayan permitido utilizarlos, como lo hicieron ya cuando la “Marcha Verde” con sus padres y abuelos. Maniobras que, como se puede constatar, terminan siempre, a falta de otra cosa, con la utilización de los sufridos ciudadanos-súbditos; que ésta es su curiosa versión de la política.

Con lo cual cualquiera se pregunta si, antes de sacrificar a las generaciones nuevas, no sería mejor  que se esforzaran en reducir la diferencia abismal que todavía existe en lo que atañe a su nivel de vida entre los ciudadanos de aquel país y los del nuestro, hoy evaluada como la más profunda entre dos continentes del planeta. Y no se permitieran mentir como bellacos haciendo que los medios que controlan hablen de la brutalidad de nuestros policías y soldados, a los que hemos visto dando un poderoso ejemplo de sensibilidad humana.

Otra cosa será, naturalmente, el despiste y confusión reinantes en nuestra dirección política, cada vez más caótica y contradictoria y que acaba de mostrar su preferencia por unos polisarios apoyados desde su inicio por Argelia, país que en tiempos de la llamada “guerra fría” se inclinaba a favor del bando opuesto a los países libres. Y ahí tenemos entre nosotros al famoso Ghali, siempre beligerante contra España hasta el punto de haber aconsejado en su día el establecimiento de un toque de queda en El Aaiún del que yo mismo sería en gran parte responsable. Claro que por lo visto se ha encontrado con un sector de gobernantes españoles que de haber seguido vigente aquella guerra se habrían situado del lado pro soviético, de forma tal que resulta curioso constatar cómo el citado líder polisario, con todo su historial antiespañol a cuestas, no haya dudado en confiar en un sector de nuestros actuales gobernantes, a los que considera sus amigos, para acogerse a la pericia de nuestra medicina a la hora de ponerse en manos de los médicos. Lo que es la vida… Se ve como en el fondo este individuo tenía un excelente concepto de los españoles como ciudadanos de un país avanzado y generoso.

En fin, que si la situación es complicada, aún más complicado será sobrellevarla a la vista del plantel que hoy nos gobierna.

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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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