¡EL POLLINO!
Puede oírlo más claro, Incluso hasta más alto, Pero nunca mejor dicho, Porque si, oliendo El Paro, No sufre un sobresalto, Peor si le huele a nicho, Que lleva como secuela, Sin que ello tenga remedio, Que le entreguen su esquela Y nos lo quiten de en medio; * Pero el Sánchez a sabiendas Tiene los tímpanos secos, Para rebotar las voces