Ingenieros, arquitectos y científicos trabajan en proyectos poco convencionales para luchar contra el aumento del nivel del mar

Nueva idea: Un congelador submarino para llenar de hielo el Ártico

Nueva idea: Un congelador submarino para llenar de hielo el Ártico
Nueva idea: Un congelador submarino para llenar de hielo el Ártico RS

De las ideas raras surgen soluciones claras. La idea es «bastante loca», dice su autor, un arquitecto indonesio de 29 años llamado Faris Rajak Kotahatuhaha. Un día pensó que, si el aumento del nivel del mar se debe a la fusión de los casquetes polares, ¿por qué no volver a congelarlos? «Innovar siempre debe ser una locura», argumenta. Así que diseñó un congelador gigante para el Ártico. La idea debió gustar, porque el joven se ha llevado el segundo premio del concurso internacional de la Asociación de Arquitectos Siameses (ASA), según recoge la autora original de este artículo Isabel Miranda en ABC y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.

Mientras la comunidad internacional intenta ponerse de acuerdo sobre cómo y cuánto recortar las emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento del nivel del mar continúa a un ritmo de unos 3 milímetros al año. Por ello, cada vez más científicos, ingenieros y arquitectos juegan con la idea de recuperar el hielo de forma artificial.

«Todos los países pueden juntarse para crear este congelador gigante», comentaba Kotahatuhaha tras ganar el premio. La dinámica de su proyecto es relativamente sencilla, aunque tremendamente cara. Y, en realidad, no entusiasma a los expertos. Todo se desarrollaría en un submarino con una cavidad central capaz de producir icebergs hexagonales de casi cinco metros de grosor y 25 metros de ancho.

Gracias a su forma, los icebergs se podrían juntar entre sí y formar masas de hielo más grandes
El submarino se sumerge y llena su cavidad con agua de mar. Luego vuelve a la superficie y filtra la sal para que el líquido sea más fácil de congelar. Se tapa esta «cubitera» y se pone en marcha la refrigeración. Así se formaría el iceberg, que sería expulsado al mar un mes después. Gracias a su forma, los icebergs se podrían juntar entre sí y formar masas de hielo más grandes.

Bombas, muros y microesferas
Se trata de una propuesta algo radical, pero no es la única. Hace un par de años, un grupo de científicos de la Universidad de Arizona propuso instalar diez millones de bombas eólicas sobre la capa de hielo: el agua sería elevada a la superficie en invierno, donde se congelaría y aumentaría el grosor de la capa de hielo. Y el año pasado, un artículo en la prestigiosa revista «Nature» proponía construir un muro de 100 metros frente al glaciar Jakobshavn, el más afectado por el rápido deshielo en Groenlandia, para frenar su erosión.

Otros proyectos ya se han puesto en marcha. El de la organización Ice911 comenzó la fase de pruebas en 2018. Funciona con microesferas de vidrio a base de sílice y su misión es ralentizar el ritmo al que se calienta el planeta. En este caso, se usa la «arena blanca» para cubrir el hielo más delgado del Ártico. Así refleja mejor el sol, aumenta el efecto albedo y propicia que el hielo se fortalezca. «Nuestro objetivo es ver que el Ártico recupera su importante función para mantener el planeta frío», explican en su página web. «Continuaremos haciéndolo hasta que se cumpla el objetivo».

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