El sumidero de carbono natural

El permafrost: desconocimiento y amenaza

Los fenómenos meteorólogos extremos siguen incrementándose

El permafrost: desconocimiento y amenaza

El cambio climático esta generando que el derretimiento del permafrost avance,  y  ha alcanzado un punto crítico que puede generar graves consecuencias para el futuro. Este suelo, permanentemente congelado y situado en áreas circumpolares de Canadá, Alaska o Siberia, entre otras, ha actuado como sumidero de carbono durante miles de años y de descongelarse podría liberar grandes cantidades de ese gas, amplificando el problema del calentamiento global.

El cambio climático ya está afectando a todo el mundo en forma de fenómenos meteorólogos extremos, algunos de los cuales han copado portadas y titulares en los últimos tiempos. Detrás de estos fenómenos, se encuentra el aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) impulsado por las actividades humanas y que ha calentado el planeta 1,1 ºC desde el periodo 1850-1900 hasta la actualidad, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC).

A las amenazas en forma de olas de calor, lluvias torrenciales o huracanes cabe añadir otra, de las más graves y de las que menos se habla, que se esconde bajo la superficie: el deshielo del permafrost. A medida que las temperaturas aumenten, esta capa permanentemente congelada irá derritiéndose y liberando gigatoneladas de gases, como carbono y metano, así como antiguos virus y bacterias, ocasionando graves consecuencias tanto para las regiones donde se sitúa como para el planeta.

DEFINICIÓN DE PERMAFROST

Se denomina permafrost a todo terreno que haya permanecido congelado durante al menos dos años y está conformado por tierra, rocas y sedimentos amalgamados en un todo por el hielo, el cual actúa como cemento. Su profundidad puede ir desde unos centímetros hasta cientos de metros y está recubierto por la llamada capa activa, una capa de tierra que va hasta la superficie y que en verano se descongela, aunque a veces el permafrost se encuentra también a la intemperie.

La mayoría del permafrost actual se formó durante y a partir de la Edad de Hielo y, debido a su antigüedad, ha ido acumulando grandes cantidades de metano y carbono —los principales GEI— provenientes de la materia orgánica descompuesta en su interior. Según algunas fuentes, la cantidad de carbono retenida en el permafrost es casi el doble que la existente en la atmósfera. Por ello, su deshielo y la consiguiente liberación de gases supone una grave amenaza en la lucha contra el cambio climático.

DÓNDE SE ENCUENTRA EL PERMAFROST

Debido a las bajas temperaturas necesarias para su formación, el permafrost es un fenómeno endémico de climas fríos. En concreto, la mayoría del permafrost de la Tierra se encuentra en el hemisferio norte —Siberia, Tíbet, Groenlandia, Alaska, etc.—, que alberga alrededor de 23 millones de km2 según la National Snow and Ice Data Center (NSIDC) —los cuales equivalen al 25 % de la superficie terrestre de esta parte del mundo—. En cuanto al hemisferio sur, puede encontrarse en lugares como los Andes, los Alpes del Sur o las islas Georgias del Sur, entre otros.

Asimismo, cabe mencionar que también hay permafrost bajo el agua. En concreto, parte del suelo marino del Océano Ártico que envuelve el Polo Norte está congelado. Este permafrost submarino se formó hace más de 11.000 años, durante la Edad de Hielo, en territorios que estaban en la superficie y que fueron sepultados bajo las aguas al final de la glaciación.

CAUSAS DEL DESHIELO DEL PERMAFROST

El permafrost del planeta se está derritiendo y el principal culpable es el aumento de la temperatura media de la Tierra. De hecho, la situación es peor de lo que se pensaba. Un equipo internacional de científicos climáticos ha estudiado el derretimiento del permafrost en Siberia y Canadá y ha alertado de que va a descongelarse un 20 % más de lo que anticipaban investigaciones anteriores.

Según este estudio, publicado en la revista Nature Climate Change, un aumento global de la temperatura de 1 ºC sobre los niveles preindustriales supondría una pérdida de permafrost algo mayor al tamaño de la India —en concreto, se perderían casi cuatro millones de km2—, mientras que un aumento de 2 ºC supondría la pérdida del 40 % del permafrost mundial. Si se cumple el Acuerdo de París, que fijó como objetivo mantener el calentamiento global por debajo de 2 ºC, tratando de limitarlo a 1,5 ºC, se salvaría gran parte del permafost del planeta.

CONSECUENCIAS DEL DESHIELO DEL PERMAFROST

El derretimiento del permafrost tiene consecuencias catastróficas para el planeta y para la vida:

  Liberación de gases de efecto invernadero

El permafrost mantiene retenidas gigatoneladas de metano y dióxido de carbono en el subsuelo. Su progresiva liberación produciría una aceleración del calentamiento global que, a su vez, provocaría una aceleración del derretimiento del permafrost restante —fenómeno conocido como permafrost carbon feedback cycle—.

  Liberación de virus y bacterias

En agosto de 2016, en la tundra siberiana un niño de 12 años falleció y decenas de personas fueron hospitalizadas por un brote de carbunco (ántrax) liberado por la descongelación de una capa de permafrost en la que yacía el cadáver de un reno. Los científicos han encontrado en el permafrost microbios con más de 400.000 años de antigüedad, por eso se cree que muchos de los virus que han acechado a la humanidad a lo largo de su historia —como la peste bubónica o la viruela— se encuentran en estado latente en este estrato congelado.

  Daños a los ecosistemas y su biodiversidad

El derretimiento del permafrost siberiano está convirtiendo partes de la tundra en paisajes enlodados, haciendo que la flora local desaparezca y que la fauna que se alimenta de ella no tenga nada que llevarse a la boca. Asimismo, cuando se descongela el permafrost situado bajo cuerpos de agua, como los lagos, el agua se filtra en el terreno desapareciendo y provocando sequías.

  Derrumbamientos y accidentes geológicos

Al derretirse el hielo que actúa como cemento uniendo los materiales del permafrost, pueden producirse derrumbamientos en ciudades construidas sobre este. En Rusia, país con más del 60 % de su territorio asentado sobre permafrost, este problema reviste especial gravedad —Yakutsk, la ciudad más grande construida sobre permafrost, ya lo sufre—. El cráter de Batagaika, originado por el deshielo del permafrost junto a un proceso de deforestación que hizo ceder las tierras, es la imagen que mejor ejemplifica la magnitud del problema.

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