La industria farmacéutica continúa avanzando en la búsqueda de tratamientos para enfermedades de difícil curación. La última novedad ayudará a las personas con Parkinson a mejorar su calidad de vida y a evitar los efectos adversos de los tratamientos tradicionales. Se trata de unos parches que liberan la medicación a través de la piel e imitan la acción de la dopamina que les falta a quienes padecen esta enfermedad.
El enfermo de Parkinson tiene grandes dificultades para conciliar una vida normal. Las deficiencias de su sistema nervioso provoca temblores constantes y dificultades para coordinar los movimientos, lo que les impide andar con normalidad. Hasta el momento, el tratamiento más utilizado es el que se basa en la ingesta de medicamentos con levodopa, una molécula que produce dopamina.
Estas medicinas, sin embargo, tienen múltiples efectos secundiarios que pueden llegar a ser tan nocivos como los propios síntomas del Parkinson. Además, según el doctor Gurutz Linazasoro, del Centro de Investigación de Parkinson de la Policlínica de Guipuzcoa:
«Al cabo de varios años desde el diagnóstico, se estima que más del 70% de los pacientes ve notablemente alterada su calidad de vida por sufrir una intensa incapacidad que no puede ser mejorada con los fármacos disponibles».
El nuevo método, que han desarrollado los laboratorios Schwarz Pharma, consiste en un parche que se pega a la piel y comienza a liberar una medicación que llega al cerebro a través de la sangre, con la particularidad de que este fármaco se inocula en el cuerpo durante todo el día de forma constante. Linazaroso concluye que:
«La posibilidad de utilizar la vía transdérmica (el parche) facilita enormemente las cosas si, además, el sistema de administración es muy sofisticado e innovador desde el punto de vista tecnológico y el fármaco administrado posee una estructura molecular y perfil de acción sobre los receptores dopaminérgicos similar al de la dopamina y de características no ergolínicas, las expectativas no pueden ser mejores».
