CUANDO LA REALIDAD SUPERA A LA FICCIÓN EN EL ARTE DEL ENGAÑO

Los 10 mayores tomaduras de pelo de la Historia

Desde chimpancés convertidos en artistas hasta falsos descubrimientos científicos, repasamos las tomaduras de pelo más ingeniosas y sorprendentes

Los 10 mayores tomaduras de pelo de la Historia

La historia está repleta de bromas, engaños y tomaduras de pelo que han conseguido burlar a expertos, instituciones e incluso a naciones enteras.

Algunas de estas bromas han pasado a la posteridad como auténticas obras maestras del ingenio humano, demostrando que a veces la realidad puede ser más increíble que cualquier ficción.

Desde elaborados montajes artísticos hasta falsas expediciones científicas, estas diez grandes tomaduras de pelo nos recuerdan que el humor y la picardía han sido constantes a lo largo de los siglos.

El engaño del Dreadnought: cuando la alta sociedad británica se burló de la Royal Navy

El 7 de febrero de 1910, un grupo de intelectuales británicos, entre los que se encontraba la mismísima Virginia Woolf, protagonizó una de las bromas más audaces de la historia naval. Liderados por el bromista Horace de Vere Cole, estos miembros del prestigioso Grupo de Bloomsbury se disfrazaron y maquillaron como si fueran una delegación real de Abisinia y consiguieron que la Royal Navy les proporcionara una visita guiada al HMS Dreadnought, el buque insignia de la Armada británica fondeado en Weymouth.

Lo más sorprendente de esta broma no fue solo que lograran engañar a los oficiales navales, sino que posteriormente De Vere revelara el engaño a la prensa, provocando una oleada de burlas hacia la Royal Navy. Este episodio, conocido como el «engaño del Dreadnought», aprovechó la reciente visita del sultán de Zanzíbar a Inglaterra para dar credibilidad a su falsa delegación, demostrando que ni siquiera las instituciones más respetadas estaban a salvo del ingenioso humor británico.

Pierre Brassau: el chimpancé que engañó a la élite artística

En 1964, el periodista sueco Ake Axelsson orquestó una de las bromas más mordaces dirigidas al mundo del arte. Axelsson montó una exposición en una galería de Gotemburgo con cuadros pintados por un chimpancé llamado Peter del zoológico de Boras, pero los presentó como la obra de un revolucionario artista de vanguardia francés llamado «Pierre Brassau«.

La élite artística cayó rendida ante el supuesto talento del simio. Los críticos, con una sola excepción que acertadamente escribió que «solo un mono podría pintar así», dedicaron efusivos elogios a las obras del chimpancé. Algunos llegaron a alabar «su pincelada poderosa» y «su ejecución, que tiene la delicadeza de un bailarín de ballet». Este engaño no solo provocó risas, sino que también planteó serias preguntas sobre la subjetividad y el esnobismo en el mundo del arte.

La trucha peluda: cuando el folclore se convierte en «realidad»

En 1929, un ingenioso periodista de la revista Montana Wildlife llevó el folclore a un nuevo nivel al inventar el avistamiento y captura de una mítica «trucha peluda» en un río del estado. Para dar verosimilitud a su historia, un taxidermista fabricó un ejemplar embutiendo un pez en un forro de piel de conejo.

Esta criatura legendaria, que supuestamente habría desarrollado pelo para mantenerse caliente en las frías aguas, forma parte del folclore de Estados Unidos, Canadá, Islandia y Escocia. Lo más sorprendente es que no fue el único caso: el taxidermista escocés Ross C. Jobe creó otro ejemplar que estuvo expuesto durante mucho tiempo en el Museo Nacional de Escocia como si fuera auténtico, demostrando cuán fácil puede ser convertir una leyenda en un «hecho científico» con un poco de ingenio y habilidad manual.

La cosecha de espaguetis suiza: cuando la BBC engañó a toda una nación

El 1 de abril de 1957, la BBC emitió un reportaje que mostraba a agricultores suizos cosechando espaguetis de los árboles. Este segmento sobre la «cosecha de espaguetis» fue tan convincente que miles de espectadores británicos cayeron en la trampa.

La broma fue tan efectiva que numerosos televidentes contactaron con la cadena para preguntar cómo podían cultivar sus propios árboles de espagueti. La BBC había aprovechado el desconocimiento general sobre la producción de pasta en aquella época, cuando los espaguetis aún no eran un alimento común en los hogares británicos. Esta ingeniosa tomadura de pelo ha pasado a la historia como uno de los mejores engaños mediáticos jamás realizados.

La Campana de la Libertad Taco Bell: marketing disfrazado de broma

En 1996, la cadena de comida rápida Taco Bell publicó un anuncio a página completa en varios periódicos estadounidenses anunciando que habían comprado la Campana de la Libertad, uno de los símbolos más importantes de la independencia americana, y que la habían rebautizado como «Campana de la Libertad Taco Bell».

La noticia causó indignación entre muchos ciudadanos estadounidenses, que llamaron enfurecidos a las oficinas del Parque Nacional de la Independencia en Filadelfia para protestar. Horas más tarde, Taco Bell reveló que todo era una broma del Día de los Inocentes, pero para entonces ya había conseguido una publicidad incalculable. Esta estrategia demuestra cómo las grandes empresas han sabido aprovechar la tradición del 1 de abril para generar atención mediática.

Google Nose: cuando la tecnología juega con nuestras expectativas

En 2013, Google presentó «Google Nose», una supuesta nueva función que permitiría a los usuarios buscar olores en internet. La compañía describió esta tecnología ficticia con todo lujo de detalles técnicos, afirmando que contaba con una «base de datos aromática» con millones de olores.

Muchos usuarios quedaron intrigados por esta aparente revolución tecnológica antes de descubrir que se trataba de una elaborada broma del Día de los Inocentes. Google ha convertido estas bromas anuales en una tradición, presentando cada 1 de abril productos y servicios ficticios que juegan con las expectativas de los usuarios sobre el futuro de la tecnología.

El mito de Nerón tocando mientras Roma ardía

Aunque no fue concebido como una broma, sino como propaganda política, el mito de Nerón tocando la lira mientras Roma ardía en el año 64 d.C. es uno de los engaños históricos más perdurables. Contrariamente a la creencia popular, los registros históricos sugieren que Nerón ni siquiera estaba en Roma durante el incendio y que, de hecho, tomó medidas para ayudar a los afectados y reconstruir la ciudad.

Esta falsa narrativa fue probablemente alimentada por sus enemigos políticos para desprestigiar su reputación. Es un ejemplo perfecto de cómo las mentiras políticas pueden convertirse en «verdades» históricas cuando se repiten durante suficiente tiempo, recordándonos la importancia de cuestionar incluso aquellas historias que damos por sentadas.

«Tú también, Bruto, hijo mío»: cuando Shakespeare reescribe la historia

La famosa frase «Tú también, Bruto, hijo mío», supuestamente pronunciada por Julio César en el momento de su asesinato, es en realidad una creación literaria de William Shakespeare. No existe evidencia histórica de que César pronunciara estas palabras al ver a su protegido Bruto entre los conspiradores.

Este mito ilustra cómo las obras literarias pueden influir en nuestra percepción de la historia hasta el punto de que confundimos la ficción con la realidad. La habilidad de Shakespeare para capturar la esencia dramática de los momentos históricos ha sido tan poderosa que muchas de sus invenciones han sido adoptadas como hechos históricos, demostrando el extraordinario poder de la literatura para moldear nuestra comprensión del pasado.

El Castillo de Bagatelle: arquitectura nacida de una apuesta

Una simple apuesta entre María Antonieta y su cuñado, el conde de Artois, dio lugar a la creación del Castillo de Bagatelle en París. Según la historia, el conde apostó que podría construir un palacio completo en el Bois de Boulogne en tan solo dos meses.

Para sorpresa de todos, especialmente de María Antonieta, el conde ganó la apuesta. Movilizando a 900 trabajadores que laboraban día y noche, logró construir el elegante castillo en el tiempo acordado. Esta anécdota, que podría parecer una broma del Día de los Inocentes, es completamente real y demuestra hasta qué punto la frivolidad y el espíritu competitivo de la aristocracia francesa podían materializarse en obras arquitectónicas que perduran hasta nuestros días.

Las patatas fritas: una disputa franco-belga resuelta

Durante décadas, Francia y Bélgica han mantenido una acalorada disputa sobre el origen de las patatas fritas, con ambos países reclamando su invención. Lo que parece una broma internacional es en realidad un serio debate histórico-gastronómico que, según parece, ha sido resuelto por un historiador belga que, sorprendentemente, ha reconocido el origen francés de este popular alimento.

Esta concesión resulta especialmente significativa viniendo de Bélgica, país que ha hecho de las patatas fritas uno de sus símbolos nacionales. El caso demuestra que incluso las disputas culturales más arraigadas pueden resolverse cuando la evidencia histórica es suficientemente convincente, aunque para muchos belgas esta conclusión pueda parecer una amarga píldora de aceptar.

Estas diez grandes tomaduras de pelo nos recuerdan que el engaño, cuando se practica con ingenio y sin malicia, puede convertirse en un arte que trasciende épocas y culturas. Desde los elaborados disfraces del Grupo de Bloomsbury hasta las creaciones artísticas de un chimpancé, estas bromas nos invitan a cuestionar nuestras certezas y a no tomarnos demasiado en serio. Después de todo, como demuestra la historia, a veces la realidad más increíble es precisamente aquella que parece imposible de creer.

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