Celebremos que la famosa comedia de Miguel Mihura haya sido convertida en teatro musical con una excelente producción. Libreto, música, puesta en escena e interpretaciones musicales y actorales de alto nivel en una aportación que estimula la renovación del género en nuestro país. Si es más ópera que zarzuela, si peca de cosmopolita en vez de enraizada, y si tiene menos cantables de los convenientes, son cosas a debatir después de sumarnos al éxito de su estreno.
El compositor alicantino Ricardo Llorca, establecido en Nueva York desde hace tres décadas, ha hecho un gran trabajo. Se ha dotado de un libreto absolutamente fiel al texto de Mihura lo que le ha permitido presentar una obra original, disparatada y divertida que deslumbra al público convencional a pesar de la obsolescencia de su trama, una historia tan reaccionaria y apolillada como casi todas las del género operístico. Y ha compuesto una partitura inspirada y adecuada musicalmente al asunto, tan ecléctica como necesitan estos tiempos y sobre todo equilibrada en la interrelación de una base armónica tradicional con combinaciones polirritmicas y armonías de carácter bitonal, moderadas innovaciones aceptables para públicos mayoritarios.
Con un fallo monumental, el de crear una nueva zarzuela desanclada de la tradición del género, sin referencias a su pasado glorioso, sin desarrollo de sus coordenadas. Ha creado una ópera que podría ser americana o centroeuropea, que está muy bien pero que no suena a zarzuela, en la que se baila la tarantela napolitana en vez de la jota aragonesa, en la que manda el acordeón en vez de la bandurria, en la que la conga no nos hace guiños castizos ni la trompeta suena levantina, y en la que para colmo de males su injustificado italianismo emplea este idioma no solo en algunas intervenciones de Buby sino -por increible que parezca- en la única aria del protagonista Dionisio.
Y ello nos conduce a nuestra segunda crítica: la escasez y pobreza de números cantados frente a la profusión de recitativos, que a menudo te hace sentirte como si estuvieras en un espectáculo teatral a secas. Salvando el brillantísimo repertorio vocal del personaje de Paula -en el que Llorca se ha volcado- Dionisio no canta hasta la 13ª parte de las 17 de la obra, Don Rosario apenas canta al principio, Don Sacramento apenas al final, sí lo hace en pura broma Madame Olga y hay un dúo en la misma clave entre el Anciano Militar y Valentina. Ah, y el conseguido trío de Paula con sus dos compañeras bailarinas de la canción de cuna. Algo interviene el coro -en cuatro o cinco ocasiones- y pare usted de contar. Para un espectáculo musical de cien minutos es realmente poco, muy poco.
Así que si Rocío Pérez estuvo espléndida en su debut en este teatro, poco puede decirse en el terreno vocal de Jorge Rodríguez-Norton y el resto del reparto, dadas sus escasas oportunidades cantables, que estuvieron bien, sin duda, pero que brillaron menos que su interpretación actoral sobresaliente, sin duda uno de los máximos aciertos de la dirección de José Luis Arellano, que ha conseguido una puesta en escena de notable prestancia, equiparable a lo mejor que se ve por esos mundos, y de concepción muy deudora a la que montó Natalia Jiménez en el Centro Dramático Nacional la primavera pasada (ver nuestra reseña de entonces). Ricardo Sánchez Cuerda aporta una escenografía muy lograda, una estructura tridimensional y a dos alturas, cuyos movimientos aportan soltura a la escena y fantasía a un hotel irreal. Un brillante vestuario y una coreografía notable para un embrollo complicado. El punto flojo del montaje lo representaría a nuestros ojos el lentísimo inicio de la acción, la inmovilidad durante el largo prólogo musical.
Por su parte, Diego Martin-Etxebarria ejerció una dirección musical muy lograda. La orquesta sonó bien aunque más cerca de un grupo de cámara que de un conjunto orquestal. Fue una gran velada de ópera en un Teatro de la Zarzuela que mantiene la progresión artística de los últimos tiempos. El público habitual se mostró algo sorprendido por la música y muy divertido por la trama, secundando los aplausos que iniciaba el propio compositor desde su asiento entre el público en varios momentos de la representación. Calidad polémica, propuesta ambivalente, aportación que merece verse.
VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Libreto: 8
Partitura: 7
Dirección musical: 8
Dirección artística: 8
Interpretación: 8
Producción: 9
Programa de mano: 8
Documentación a los medios: 9
Teatro de la Zarzuela
Tres sombreros de copa
12, 13, 15, 16, 27, 28 y 29 de noviembre de 2019
ZARZUELA BASADA EN LA OBRA HOMÓNIMA DE MIGUEL MIHURA (1932)
Estrenada en el Teatro Sérgio Cardoso de São Paulo, el 26 de noviembre de 2017
NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA
Obra encargada y editada por la New York Opera Society, Inc.
Música-Ricardo Llorca
Diálogos-Miguel Mihura
Cantables-Ricardo Llorca
Equipo artístico
Dirección musical Diego Martin-Etxebarria
Dirección de escena José Luis Arellano
Escenografía Ricardo Sánchez Cuerda
Vestuario Jesús Ruiz
Iluminación Juan Gómez-Cornejo
Coreografía Andoni Larrabeiti
Reparto
DIONISIO-Jorge Rodríguez-Norton
Huésped a punto de casarse con Margarita
PAULA-Rocío Pérez
Bailarina del Circo
DON ROSARIO-Emilio Sánchez
Dueño de la pensión
DON SACRAMENTO-Gerardo Bullón
Hombre rico, padre de Margarita
MADAME OLGA-Enrique Viana
Mujer barbuda del Circo
CATALINA-Irene Palazón
Bailarina del Circo, amiga de Paula
VALENTINA-Anna Gomà
Bailarina del Circo, amiga de Paula
BUBY BARTON-Boré Buika
Mafioso, dueño del Circo
EL FORZUDO ALEMÁN-Marco Covela
Miembro del Circo
MONSIEUR GARIBALDI-Felipe de Andrés
Ventrílocuo de Peppino (su hijo-muñeco)
EL ASTUTO CAZADOR-Mon Ceballos
Hombre rico, amigo de Catalina
EL ANCIANO MILITAR-Chumo Mata
Hombre rico, amigo de Valentina
MÚSICOS SOLISTAS
Juan Salas (violín)
Francisco Gaspar Tomás (trompeta)
Leonardo Milanés (piano)
Aarón Carrión (acordeón)
FIGURACIÓN
Gema Álvaro, Marina Esteve, Víctor de la Fuente,
Jaime López, Cayetana Payno, Álex Robles, Esther Ruiz
Orquesta de la Comunidad de Madrid
(Titular del Teatro de la Zarzuela)
Coro Titular del Teatro de la Zarzuela
Director Antonio Fauró
Duración aproximada
1 hora y 40 minutos (sin pausa).