A la conquista de nuevos mercados: Estrategia Vino 2010

Convertir a España en líder mundial en el sector vitivinícola es, nada más y nada menos, el ambicioso objetivo que se planteaba el entonces Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación con su “Estrategia para el vino y los productos de la vid en España para el período 2007-2100”, más conocida como “Estrategia Vino 2010”. Transcurrido casi dos años ya desde la presentación del proyecto, resulta oportuno detenerse a reflexionar sobre las características del mismo y sobre su desarrollo actual y futuro, teniendo en cuenta también cómo ha ido evolucionando la situación en el ámbito económico en los últimos tiempos y los cambios que habrá que considerar de cara a las anteriores proyecciones y previsiones sobre el futuro, al menos a corto y medio plazo.

Las cosas, sí, han ido cambiando. Para empezar, el Ministerio incluso ha cambiado de nombre, siendo denominado ahora, tras las últimas Elecciones Generales, Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Pero sobre todo ha cambiado el contexto general, tanto a escala global como en nuestro país. Los presagios de nubes negras en la economía se han ido haciendo realidad y nos encontramos en estos momentos en un escenario, por decirlo suavemente, no excesivamente optimista a corto plazo y, lo que es más importante, con una clara inseguridad sobre el plazo de la finalización de la crisis y sobre la evaluación de costes acerca de la dimensión final de la misma. Y claro está que la crisis económica es un factor altamente relevante que está influyendo y lo seguirá haciendo en el sector vitivinícola, aún cuando se haya iniciado en otras áreas de actividad, formalmente alejadas de la que aquí nos ocupa. La globalización y la interrelación hacen que ningún sector sea ajeno a los otros, sobre todo cuando, como en el momento que ahora atravesamos, “pintan bastos”.

La historia de la Estrategia
. Como recordarán, la “Estrategia Vino 2010” fue fruto de un largo proceso de debate, reflexión y análisis de la información, basada en estudios de mercado y del sector vitivinícola, que comenzó a finales de 2004 con unas jornadas de trabajo organizadas por el Ministerio en Santiago de Compostela, y en el que han participado diversos representantes del sector, como organizaciones profesionales agrarias, cooperativas, Consejos Reguladores y federaciones empresariales, conjuntamente con representantes de la hostelería y la restauración, así como de las Administraciones Públicas.

Se quería “ofrecer las directrices de futuro que dieran respuesta a las necesidades actuales y a los retos por venir”, según declaró la propia ministra, Elena Espinosa, en la presentación del documento, buscando “lograr el compromiso y participación de todos los agentes implicados”, lo cual ya es una tarea compleja, ya que no siempre los intereses de los distintos grupos se consideran por parte de los propios protagonistas como coincidentes. No debe olvidarse el hecho de que la uva cada vez se compra más barata a los viticultores, lo que es otro importante factor de conflicto a tener en cuenta, así como que la Unión Europea ha ido recortando muchas ayudas a los viticultores y destina parte de los recursos al arranque de viñas. Pero, en suma, con todo este proyecto, ¿se trata solamente de buenas palabras o goza de un desarrollo real que tendrá resultados tangibles? Aún, en cierta medida, está por ver, pero el desarrollo que se propone y que se está llevando a cabo es exhaustivo, aún cuando no todos creen que las priorizaciones realizadas sean las adecuadas. En resumen, la Estrategia estaba vertebrada en cuatro ejes, que conviene recordar:

· Eje 1: competitividad en la cadena de valor actual, con lo que se busca fomentar en los operadores del sector los elementos mínimos imprescindibles para ser competitivos en el mercado mundial del vino.

· Eje 2: profesionalización en la gestión de las ventajas competitivas del vino en España, con lo que se quiere apoyar las iniciativas de profesionalización que aportan ventajas competitivas al vino español.

· Eje 3: adecuarse a las demandas de los consumidores, con lo que se pretende vertebrar las actuaciones del sistema que identifica la estrategia vitivinícola española para adecuarse a las demandas de los consumidores.

· Eje 4: fomentar el desarrollo y adaptación de los emprendedores vitivinícolas españoles a los mercados interior y exterior, lo que tiene por finalidad promover nuevos proyectos de emprendedores vitivinícolas en los mercados interior y exterior que contribuyan a lograr el liderazgo que la Estrategia se marca como objetivo fundamental.

A partir de aquí, y asociados a estos ejes, se estructuraron 18 objetivos diferenciados y 58 actuaciones concretas, que conforman el documento “Estrategia Vino 2010”. También se ha asignado una importante dotación presupuestaria (más de 133 millones de euros para los cuatro años, con inversiones crecientes y que se dividen en actuaciones anuales en cada uno de los cuatro ejes), se cuenta con el apoyo del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) y se ha creado el Observatorio Español del Mercado del Vino, con el objetivo de “vender más y mejor”.

¿El primer viñedo del mundo? Visto sobre el papel, todas son medidas oportunas y, en general, razonables, aún cuando sorprende que se haya marcado un objetivo tan ambicioso a tan corto plazo: quizás se trate de avanzar en este camino más que de conseguir hacer realidad el objetivo en un año o dos más, teniendo en cuenta, además, las impredecibles influencias que el desarrollo de la crisis económica en nuestro país, como en todo el planeta, tendrán sobre todo este proceso.

Realmente el punto de partida es propicio, ya que España es el primer viñedo del mundo en cuanto a superficie, por encima de Francia e Italia, aunque ambos países nos superen en la producción de vino, debido al bajo rendimiento del viñedo español. Igualmente es favorable el hecho de que en la última década se haya ido incrementando el consumo de vino a escala mundial, tendencia que sigue en la actualidad, pese a que el consumo en nuestro propio país esté decreciendo. España, igualmente, es una potencia mundial en exportación de vino en volumen, solo superada, de nuevo, por Francia e Italia, pero el mercado está muy concentrado, ya que la mitad de las importaciones mundiales se realizan por tan solo cuatro países (Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Francia).

Los nuevos mercados. Pese a ello, hay nuevos países que se están incorporando cada vez más al consumo del vino, como es el caso de la Federación Rusa, poniéndose cada vez más los ojos a larga plazo en los conocidos como países BRIC (Brasil, Rusia, India y China), por la alta proporción de la población mundial que representan y la potencialidad económica de futuro que manifiestan.

Hacia estas zonas, entre otras, se dirigen las miradas de las empresas más emprendedoras, y así, por ejemplo, Bodegas Torres ha iniciado un interesante proyecto de comercialización de vinos en China. Las reflexiones que me ha transmitido el responsable de este proyecto desde Shangai, Joaquín Campos, cuyo periplo vital le ha llevado a esta iniciativa tras mantener un restaurante de éxito en Madrid, y seguir después trabajando en el sector de la hostelería en Menorca y finalmente en un restaurante de cocina española en Pekín: “las posibilidades del vino español en el mercado chino son amplísimas. El crecimiento económico aquí es muy importante, aunque no es para toda la sociedad. Si en España un camarero, albañil o jardinero tiene acceso a consumir vino a diario, aquí le es posible a poco más del 10 % de la población. Claro que este porcentaje representa un mercado de muchos millones de personas”. Estando claro el mercado potencial en este caso concreto, el problema sigue siendo la competitividad. Así, Joaquín me comenta que “el problema de España es la magna lentitud con la que se acerca a este tipo de mercados. La pasividad es absoluta y hoy aún es difícil ver bodegas españolas en los listados de las distribuidoras chinas”.

¿Cómo ha conseguido emprender Bodegas Torres un camino de éxito, a la vista de estas dificultades? Prosigue Joaquín: “Torres es, sin duda, quien ha dado en la diana, poseyendo hoy la tercera distribuidora más importante en facturación de toda China. ¿Cómo lo ha conseguido? Ha añadido a su oferta vinos de Francia, Italia, EE.UU., Chile, Australia, Hungría, Portugal, Nueva Zelanda y Argentina, aparte de los Vega Sicilia, para poder entrar con mayor seguridad en este creciente mercado”. Una necesaria diversificación, seguramente, para lograr el objetivo de conquistar un nuevo mercado.

En otros casos, se apuesta por otras estrategias, como la diversificación de productos, caso de la empresa Don Simón, hoy presente en más de cien países, pero que partiendo de la innovadora, en su momento, venta de vino en brick, ha apostado también por los zumos y otros productos complementarios. En este caso la estrategia es vender la mayor cantidad posible al precio más barato. Otra forma clara de entender la competitividad.

Porque aunque haya un proyecto general, promovido por el Gobierno, las distintas empresas por un lado, pero también los Consejos Reguladores, actúan para promover sus productos y buscar nuevos mercados y sistemas de actuación más competitivos. Sirve de ejemplo el Consejo Regulador de la D.O. Calificada Rioja, cuyo Presidente, Víctor Pascual Artacho, nos comenta su punto de vista de este modo: “La Estrategia Vino 2010 es una loable iniciativa, pues todos los esfuerzos son positivos y bien recibidos si finalmente redundan en un mejor posicionamiento de los vinos españoles en los mercados internacionales, sobre todo desde el punto de vista cualitativo. En el caso de Rioja, estamos desarrollando nuestro Plan Estratégico 2005-2020, uno de cuyos principales objetivos es consolidar el liderazgo del vino de Rioja en el mercado español y convertirse en una de las regiones referente del segmento de vinos de calidad en los mercados mundiales. El desarrollo de exportaciones en los países considerados estratégicos se ha fijado como una de las prioridades de la D.O. Calificada Rioja para los próximos años, y a ello se están dedicando importantes recursos en marketing y campañas de promoción. Es una línea de actuación coincidente con los planteamientos de la Estrategia Vino 2010”.

Y es que, a fin de cuentas, los distintos esfuerzos individuales y de grupos están contribuyendo a hacer realidad, poco a poco, el objetivo de liderazgo que la Estrategia se plantea y, entre todos, sea en ese año 2010 ya tan próximo o algo más adelante, es seguro que se conseguirá finalmente posicionar a nuestro país en el lugar de primera línea que por tantas razones, esfuerzo e historia, le corresponde.

El Observatorio Español del Mercado del Vino
A finales del pasado mes de junio se firmó el Convenio por el que el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino financiará, con 650.000 euros, la Fundación Observatorio Español del Mercado del Vino, creada como consecuencia del desarrollo de la “Estrategia Vino 2010”. En su seno estarán representados los Ministerios de Agricultura y de Industria, las Comunidades Autónomas, las Organizaciones Profesionales Agrarias, los Consejos Reguladores Vitivinícolas y los sectores productor y comercializador. Una institución que en muchas facetas aportará importantes ayudas a los distintos representantes del sector, difundiendo información de mercado, impulsando la adaptación de los productos elaborados a la demanda del mercado o mejorando las posibilidades competitivas y la mayor eficacia de sus actividades de promoción.

El Icex, un aliado natural
El Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) es otra de las importantes bazas con que cuenta el sector para proseguir los esfuerzos desplegados de cara a la conquista de nuevos mercados, y sus recursos económicos son también parte de la contribución que desde el Gobierno se está incorporando al proyecto. La principal aportación del ICEX se destina a fomentar el crecimiento del consumo en países terceros a través de los emprendedores vitivinícolas españoles, aunque también se ocupa de otros aspectos de interés, como a orientar la especialización de los empresarios de cara al mercado exterior, para un mejor aprovechamiento de las oportunidades en el mercado mundial del vino.

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Juan Luis Recio

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