Familia Torres sigue desarrollando una labor continuada y atractiva en relación con sus variados vinos y para este invierno nos ha seleccionado tres productos que merecen ser conocidos, por lo que se los iremos mostrando aquí de moldo sucesivo. Empezamos hoy con un vino blanco elaborado con sauvignon blanc que responde al nombre de Fransola 2018.
Este vino blanco, elaborado exclusivamente con sauvignon blanc y acogido a la D.O. Penedés, ha sido sometido a una doble fermentación posteriormente «ensamblada): la mitad de la producción ha fermentado en cubas de acero inoxidable y la otra mitad ha estado fermentando y envejeciendo en barricas de roble durante 6 meses (50% de roble nuevo, mezcla de roble americano y roble francés), habiendo sido embotellado en mayo de 2019, alcanzando un grado alcohólico de 13,5% vol. Conservado en buenas condiciones mantendrá su potencial dentro de los próximos 2-4 años.
De atractivo color dorado, brillante, limpio y luminoso a la vista, resulta elegante en su expresión aromática, con notas frutales (fruta de la pasión, membrillo) y un delicado matiz de frutos secos que denota el fino tostado del roble de crianza. En boca es intenso, sedoso, con austera fuerza, siendo muy adecuado para acompañar crustáceos y mariscos, y maridando muy bien igualmente con pescados grillados y aceitosos, como las sardinas, y algunas aves, servidor a 8-10 ºC. Su PVP aproximado es de 21 €/botella en tienda.
Y hablando sobre el proyecto del vino blanco Fransola y su historia cabe destacar que como los mejores vinos se obtienen escuchando la naturaleza, se pensó hace más de veinte años en escoger el entorno privilegiado de Fransola, finca histórica situada en una de las zonas más altas del Penedès, para plantar uno de nuestros más reconocidos viñedos. Sus frías noches y templados días proporcionan un excelente clima para el cultivo de la vid, regalando las mejores uvas de sauvignon blanc con las que elaboramos este elegante y equilibrado vino. La finca goza de unos suelos arcillo-calcáreos profundos, de color rojizo, con un drenaje moderado y una capacidad de retención de agua alta, que permiten el desarrollo de la máxima expresión aromática de los vinos blancos y especialmente del sauvignon blanc.
Y en concreto sobre esta añada, debe destacarse que el 2018 fue un año lluvioso, con precipitaciones acaecidas especialmente durante el inicio y el final del ciclo vegetativo. Respecto a las temperaturas, durante la primavera fueron ligeramente inferiores a lo habitual, hecho que provocó una brotación y floración algo tardía. Por otro lado, podemos decir que el verano fue cálido, y así la vendimia llegó con un ligero retraso.
