Visión, saber hacer y excelencia. Así es Castro y González Premium Reserve 80 Montaneras

Visión, saber hacer y excelencia. Así es Castro y González Premium Reserve 80 Montaneras

Todo viaje empieza con una visión. “Mi vida es la dehesa, el aroma de los pastos y las encinas, el sonido de los cochinos rebuscando y chapoteando en los arroyos. Mi vida es ésta. La mejor de las vidas”. Así explica la visión que tuvo Miguel González al concebir hace más de 50 años la que hoy es una de las marcas referentes en el mundo del ibérico: habla de campo y dehesa, de entrega y paciencia, de cariño y cuidado en cada acción que se realiza, en cada detalle que se atiende.

Todo empieza con una visión, una forma de ver y entender un proyecto empresarial en todas sus áreas y disciplinas. Todo empieza con una mirada hacia el futuro y una capacidad innata para hacer frente a los desafíos que todo proyecto debe enfrentar con éxito para convertirse en algo único. En 1970 y con el inestimable apoyo de su esposa Rosa María Castro, Miguel González se une al proyecto empresarial que funda su suegro Aurelio Castro en 1910. Miguel, que procede del mundo de la banca y las finanzas, agrega de forma instantánea nuevos criterios, ideas y procesos tanto comerciales como productivos de todo tipo que con el tiempo conducirá de forma progresiva a la compañía hacia un nuevo posicionamiento en el mercado.

Han pasado ya 50 años desde que Miguel González tomara las riendas de la empresa y la convirtió en algo único y diferente. Un proyecto empresarial que ha estado lleno de desafíos y que hoy es el resultado de lo que en su día comenzó, con una visión. Visión, pasión y liderazgo constituyen los tres pilares que sustentan el código de valores que Miguel González definió para su compañía. Estos valores que siempre se ha encargado de transmitir y defender con pasión por encima de cualquiera de las adversidades, situaciones difíciles o conflictos con los que ha tenido que lidiar durante más de 50 años, han servido para poder construir la identidad que hoy les define como marca.

Gracias a su visión innovadora y adelantada a su tiempo, el futuro que en su día diseñó don Miguel para la compañía, siempre se ha mostrado lleno de inspiración y esperanza con proyectos innovadores que han posicionado a Castro y González entre las principales empresas dedicadas a la producción de ibéricos. Aspectos como el desarrollo de cabaña y genética propias que han evolucionado con el paso de los años, la crianza de los ejemplares en dehesas de su propiedad y que todo ello forme parte de un ciclo productivo totalmente artesanal, son solo algunos de los muchos elementos que forman parte de la visión de Miguel González.

La pasión de Miguel González por la naturaleza, las personas y la mejora continua, ha permitido desarrollar productos de primera calidad que son el fruto del campo bien cuidado, del respeto por lo natural y del empeño por alcanzar la excelencia en todo lo que se hace. Y finalmente, el liderazgo que don Miguel ha utilizado como herramienta para gestionar equipos, motivarlos y darles un propósito, ha sido el combustible para que ahora se trate de una compañía que valora por encima de todo a su gente y que siempre ha fomentado la participación de todos los equipos tanto internos como externos. Este aspecto del liderazgo de don Miguel ha dado como principal resultado el crecimiento sostenido de la compañía a lo largo del tiempo.

Pues bien, el jamón Castro y González Premium Reserve 80 Montaneras, es la suma de la visión, la pasión y el compromiso de Miguel González con el mundo del ibérico. Premium Reserve 80 Montaneras es una serie de 80 piezas exclusivas seleccionadas personalmente por Miguel González para aquellos que quieren vivir una experiencia única e irrepetible.

La serie Premium Reserve 80 Montaneras está formada por un total de 80 piezas con más de 48 meses de curación lenta y pausada en la mejor bodega de granito de la empresa en Guijuelo bajo el cuidado y supervisión personal de don Miguel. Además, estos jamones Premium Reserve 80 Montaneras, al ser 100% raza ibérica y estar alimentados a base de bellotas, contienen el máximo porcentaje de ácido oleico (superior al 56%).

Cada pieza del jamón Premium Reserve 80 Montaneras es una pieza exclusiva. Un código QR situado en la caja de cada pieza permite el acceso a la ficha con las propiedades específicas de la misma como la fecha de nacimiento y sacrificio del animal, su peso o las proporciones de ácidos palmítico, esteárico, oleico y linoleico. Con Premium Reserve 80 Montaneras, se ha conseguido, según informa la empresa, «una experiencia de sabor que nos ha llevado a alcanzar la excelencia y la calidad total». El PVP es de 800€/pieza.

Castro y González es un claro referente en el mundo de los productos más selectos. Capitaneado desde Guijuelo por una familia con una dilatada trayectoria, con cuatro generaciones vinculadas al mundo del ibérico, la empresa es el resultado de años de experiencia y de conocimiento. Cuando sus abuelos empezaron en el mundo del cerdo ibérico en 1910, nunca soñaron que su pequeño negocio familiar acabaría conquistando a los paladares de más de 20 países.

Al principio, se salaban jamones para otras casas, pero poco a poco se fueron creando las bases de lo que hoy es Castro y González: se compró una finca en Guijuelo, criaron sus propios cerdos y construyeron una bodega propia para la curación de los jamones.  De la mano de Miguel González, padre de Aurelio y Miguel, la empresa fue más allá. Él, con formación bancaria propuso recurrir al crédito y ahí comenzó el despegue de la compañía. Hasta la década de los 70 vendían sus productos a otras marcas. Tenían ya un nombre en el sector por la calidad y mimo con el que cuidaban y mimaban sus cerdos y productos.  En la década de los 90 comenzaron a vender ya con su nombre propio, Castro y González.  Lo que más  ha preocupado a la familia en estos años ha sido cómo  mantener la esencia de la marca al tiempo que crecían en el  mercado.

Se ha buscado un crecimiento proporcionado a través de aspectos diferenciales como la compra de fincas únicas, un control absoluto de la genética propia y de la alimentación a través de molino de cereales propio, un número cerrado de cerdos por finca… Todo lo que al final redunda en la calidad del jamón. Y todo eso para curar los jamones y embutidos ibéricos en Guijuelo, a la antigua usanza, abriendo y cerrando ventanas. Y es que su elaboración sigue siendo artesana, de principio a fin. Se basan en la tradición para alcanzar la innovación. Apuestan por la I+D, sobre todo en el ámbito de la curación del jamón.

 

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Juan Luis Recio

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