Canta, baila y alardea de su flexibilidad de gimnasta en sus redes sociales. Beata Ernman es la hermana de la representante mundial del sufrimiento climático, Greta Thunberg

Esta es Beata Mona Lisa: la hermana feminista de Greta Thunberg

En una entrevista concedida a una televisión sueca, la joven ha expresado su deseos de «luchar por las chicas jóvenes».

Sus padres, productores del mundo del espectáculo, la acompañan en todas sus apariciones públicas, al igual que lo hicieron en los inicios de su otra hija Greta Thunberg. La adolescente entrena duramente para ser artista como su madre Malena Ernman.

También se prepara para ser una activista infantil de referencia. A diferencia de Greta, aunque el planeta le preocupa, Beata se dirigirá a otro nicho de mercado: el público feminista.

La adolescente, aún en la pubertad, está siendo guiada por sus progenitores en todo momento. Es muy parecida a su hermana mayor, tanto física como psicológicamente. Beata padece como Greta rasgos de Asperger, Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) sumados al Trastorno de Oposición Desafiante (TOD) y el Trastorno de Hiperactividad (TDAH).

Los males de Beata
En el libro que escribió la familia sueca de genética farandulera (Nuestra casa está ardiendo), la madre describía episodios aterradores que Beata vivía a cuenta de sus trastornos. A los estallidos de ira de la niña le seguían una sarta de insultos obscenos hacia sus progenitores, un comportamiento imposible de controlar, y que sumerge a la menor en un mundo de oscuridad, desórdenes y pánico.

En sus peores brotes, Beata obliga a su madre a caminar con el pie izquierdo durante un buen rato, o incluso le pide que permanezca inmóvil mientras la espera a la salida del colegio. A su vez, mientras lidia con la enfermedad mental, sus padres narran cómo proyectan el camino profesional que seguirá su hija como estrella del feminismo y cantante pop juvenil a lo Miley Cirus, según recoge Elena Berberana en libremercado y comparte Manuel Trujillo para Periodista Digital.

Y apunta maneras. La precoz feminista ya se ha pronunciado al respeto. Está harta de que «a los chicos se les valore más que a las chicas», y advierte de que «luchará contra el patriarcado».

Pero Beata Mona Lisa (así se ha rebautizado), no dejará de lado la faceta artística heredada. Su carrera sobre los escenarios está siendo meteórica. Su madre, cantante de ópera, le ha facilitado el salto a la fama. Porque ya lo es, Beata es archiconocida en Suecia. De ello se han encargado sus padres.

Activismo infantil
Sus vídeos en Instagram muestran el entrenamiento diario de la menor y su deseo por convertirse en otra celebrity del clan Thunberg. Beata está ya causando el mismo fenómeno social que su hermana mayor. El establisment mediático sueco aplaude los lemas de la chiquilla y priorizan a los Thunberg en sus platós de televisión. Nadie la cuestiona. Tampoco a sus padres. Malena Ernman y Svante Thunberg se han cubierto con el manto de las buenas causas ideológicas y gozan de inmunidad ante la opinión pública.

Con el eco-feminismo por bandera, la pareja ha podido sacar a sus dos hijas con necesidades especiales de sus colegios sin que nadie les abronque. Además, el matrimonio tiene a una de ellas navegando en alta mar sobreviviendo a los peligros del Atlántico junto a una pareja de empresarios, y a la segunda, de gira en gira y sin descanso, con el beneplácito de la mirada ajena. El activismo infantil se abre paso.

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