El pollo es uno de los alimentos más populares de la gastronomía mundial.
Es muy versátil pues, se puede combinar con todo.
Entre sus piezas más populares son las pechugas.
Pero muchas veces y al comprarlas en cualquier local pueden traer un tendón blanco y duro, que si bien no es perjudicial para la salud, resulta muy desagradable al paladar.
La cuestión es cómo hacerlo sin estropear el pollo.
No es tan difícil, ni tampoco una tarea que ocupe demasiado tiempo.
Pero existe un truco bastante infalible para hacerlo en solo cinco segundos.
Sólo se necesita un tenedor.
A partir de ahí, lo que hay que hacer es colocar el tendón (una parte que sobresalga) entre dos púas del tenedor y cogerlo fuerte con las manos o un paño de cocina.
Así de fácil lo harás sin mucha técnica.
Los cuatro beneficios más importantes de la carne de pollo
Las cualidades del pollo no solo son culinarias. Es una de las carnes más saludables, por lo que estará presente en una buena alimentación.
1- Bajo contenido en grasas
El pollo es una carne magra que apenas contiene grasa y, además, se concentra en lugares fácilmente identificables. En especial, la piel es el tejido donde más se acumula.
Por el contrario, el muslo y la pechuga son las dos piezas con menos lípidos, destacando esta última con solo 60 miligramos de grasa por cada 1 gramo de carne.
También contiene menos grasas saturadas que la carne roja y la mayoría de éstas se concentran, de nuevo, en la piel. Por ello, es recomendable retirarla si se quiere evitar su consumo.
2- Abundante en proteínas y aminoácidos
Con 20 gramos de proteína por cada 100 gramos de carne, el pollo aporta una destacable cantidad y resulta perfecto para los más pequeños, ayudándoles en su crecimiento, o si quieres ganar músculo.
Contiene de promedio el 40% de los aminoácidos esenciales (los que nuestro organismo no sintetiza y debemos aportar con la dieta), como por ejemplo el triptófano, fundamental para regular los niveles de serotonina en el cerebro.
3- Rica fuente de minerales, vitaminas y baja en colesterol
Vitaminas como la A, la B6, la B12 la niacina, la tiamina o la rivoflabina, o minerales como el hierro, el zinc, el magnesio, el potasio o el fósforo están presentes en esta deliciosa carne.
También es baja en sodio, por lo que la pueden consumir aquellos que sufren de hipertensión.
Su contenido en colesterol es bajo (salvo en la piel), menor que en otras carnes.
4- Es muy fácil de digerir
La carne de pollo es muy fácil de digerir mientras sigue siendo una de las comidas más populares por su sabor y textura. Esto se debe, principalmente, a que no contiene tantas purinas como otras carnes.
Por ello, es recomendable para personas con afecciones gástricas, convalecientes o bebés.