En su tónica habitual. Donald Trump será el anfitrión de la próxima cumbre del G-7 que tendrá lugar en 2020. Cuando la semana pasada finalizó la última cumbre en Biarritz (Francia), el presidente de Estados Unidos expresó abiertamente su deseo de celebrarla en un lujoso hotel de Miami, del que es propietario desde el año 2013. Dicho establecimiento estuvo en el foco de la polémica en 2016, cuando un huésped denunció haber sufrido picaduras de chinches, según recoge el autor original de este artículo informalia y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.
Bajo el nombre de Dorial, el exclusivo complejo hotelero cuenta con 643 habitaciones, 14 suits de lujo y dos dormitorios con categoría de «presidencial». Además, el hotel también tiene amplias salas, donde se acogen desde reuniones de empresa hasta bodas o importantes eventos como el de Miss Universo del año 2015. Todas las estancias tienen el sello ‘Trump’ y están decoradas a su gusto. Esto es, tonos dorados, grandes cortinas y muchas lámparas colgando del techo.
Otros de los principales atractivos de este exclusivo lugar son sus espacios destinados al ocio y el deporte. Así, el complejo estadounidense alberga con varios campos de golf, lagos, pistas de tenis, un club social, piscinas y restaurantes. Numerosas estancias que, sin embargo, no le han salido rentables a Trump.
Y es que el polémico presidente estaría perdiendo dinero con este negocio, especialmente después de su entrada a la Casa Blanca en 2015. Mientras que en ese mismo año ingresó 92 millones de euros anuales, en 2017 la cifra habría descendido hasta los 75 millones, llegando a tener pérdidas de «3.000 a 5.000 millones de dólares», como él mismo declaró la semana pasada en la rueda de prensa que puso fin a la cumbre de Biarritz.
La prensa internacional ha acusado a Trump de intentar hacer negocio al querer celebrar la próxima cumbre del G7 en este espacio. No obstante, el mandatario se defendió de las críticas y alegó que no ganaría «nada de dinero» y que ha elegido este espacio porque es «gran lugar en el que estar, y hacerlo en Miami sería fantástico». También destacó que la propiedad cuenta con «magníficos edificios» con «habitaciones de lujo extremo» y que cada uno de los países podría disponer de uno durante la cumbre.