La decisión del propietario del imperio del lujo LVMH ha sido calificada por el Gobierno frances de "poco patriótica"
El propietario del imperio del lujo LVMH, Bernard Arnault, es el centro de todas las miradas en Francia después de que el rotativo galo Liberátion haya decidido dedicarle su portada de este 10 de septiembre de 2012.
Y el titular, acompañado de foto, es expresivo:
«Pírate, rico de mierda».
Aunque Arnault ha intentado frenar la polémica que levantó al pedir la nacionalidad belga, su solicitud, de la que ha rechazado toda «interpretación política», no ha sentado muy bien en Francia.
De hecho, incluso el viceministro francés encargado de la Economía Solidaria, Benoit Hamon, se ha pronunciado sobre la polémica y ha calificado la decisión del millonario de «poco patriótica».
«Tengo y seguiré teniendo mi domicilio fiscal en Francia -ha asegurado sin embargo Arnault- y cumpliré con el conjunto de mis obligaciones fiscales».
Fue el diario belga «La libre Belgique» el que la pasada semana informó sobre las gestiones de nacionalización iniciadas por Arnault en Bruselas, alegando posibles razones fiscales para justificar su gestión.
La información del periódico belga dio vía libre a todo tipo de rumores en torno a relación entre esta decisión y la medida del Ejecutivo francés de incrementar la carga fiscal a las grandes fortunas.
Como buena parte de los galos, Libertaion interpreta que Arnault no quiere dejar un céntimo de su fortuna a la recuperación económica del país.