El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Si en algo servidor puede ayudarte,…

SI EN ALGO SERVIDOR PUEDE AYUDARTE,…

Dilecta Pilar:

Te contesto, como el rayo, a los dos correos en este. Tengo pendientes de escribir las tres décimas que he urdido durante el finde.

Como acabas de comprobar, hoy no ha hecho puente la biblioteca de Tudela. Desde uno de sus ordenadores te trenzo estas líneas.

Gracias a ti, por propiciar que mis epístolas existan. Tú, con tus comentarios o correos, eres la causa de que las componga.

De todo hay en la viña del señor. Hay a quienes les gusta lo que cuento y a quienes les peta aún más cómo lo cuento, poco más o menos, lo que dijo Cervantes por boca de uno de sus canes (Cipión a Berganza: “Y quiérote advertir de una cosa, de la cual verás la experiencia cuando te cuente los sucesos de mi vida; y es que los cuentos encierran y tienen la gracia en ellos mismos, otros en el modo de contarlos”) en su famosa novela ejemplar “El coloquio de los perros”, que viene a completar otra, “El casamiento engañoso”.

Ayer bajó mi cuñado Jesús a por mí a Tudela. Mi sobrino Adrián se confirmaba en Cascante. Luego comimos bien en el tudelano restaurante De Miguel, cuyos caldos y viandas hemos degustado otras veces.

Ya sabes. Todos nos equivocamos. Lo que tenemos que hacer, cuando tal cosa ocurra, es procurar enmendarnos cuanto antes, como viene recomendando, desde ni se sabe cuánto tiempo hace, Confucio.

Si en algo servidor puede ayudarte,…

No me extrañará, pero te extrañaré, te echaré de menos. Es, mutatis mutandis, lo de “El principito”, de Antoine de Saint-Exupéry: “Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, empezaré a ser feliz desde las tres”. A ver si sales airosa (es mi deseo y mi esperanza) de esa contrarreloj.

Felicité a mi sobrino y a su amigo Igor, el único que conocía de los 14 confirmados restantes (hice lo propio, asimismo, con sus padres, José Antonio y María José). Estuve más cariñoso y crucé más palabras con los allegados, por supuesto.

Seguro que tú sí has felicitado a José Carlos (con tus felicidades, aunque ni tú ni él os dierais cuenta de ello, iban las mías). Recuerdo que hace años sí lo hice.

Has coronado lo oportuno. De nada.

El lobo tiene muy mala prensa (ya sabes, “maté un perro y me llaman mataperros”, dice el dicho), pero los naturalistas que los han estudiado a conciencia y conocen sus rutinas hablan de ellos casi mejor que de las personas. Celebro que así sea. La ayuda es buena hasta para comer. Pues (a ver si me haces caso) curra, pero sin quedarte curra.

Para mí el sacramento de la Confirmación no tuvo la importancia que tuvo para ti (era muy pequeño —tengo una foto con mi hermano José Javier, después de la ceremonia religiosa en la que ambos fuimos confirmados; y debía tener este menda siete años, uno más que cuando comulgué— y ni me enteré); fue un día de misa más, sin más.

Pues celebro esto, que me cuentas, que me vas a escribir, tanto como lo anterior, que estás contenta por la ayuda que vas a recibir.

Otro (de tu amigo Otramotro).

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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