QUIERO APRENDER A ABRIR BIEN TUS CERROJOS
A lo máximo aspiro, a ser tu esposo;
Mas, si no puedo ser tu fiel marido,
Jamás resultaré, Iris, por ti herido,
Si tomas por amigo, aun quejumbroso.
Confío en que no esté asaz pesaroso,
Molesto por haberte preferido
A todas las demás y a ti querido
Como a lo cabal cabe y a lo hermoso.
Deseo saber cuánto de mí esperas.
Verás que no te faltan mis sonetos,
De rosas y claveles bien repletos,
Urdidos con más burlas o más veras.
Quiero aprender a abrir bien tus cerrojos
Con la doble ganzúa de mis ojos.
Ángel Sáez García